Para elegir un buen “médium”
Digamos que por las razones que sean, tu quieres conseguir un buen “médium”. Esto es: una persona que habla con los muertos. O para ser mas exactos: los muertos hablan a los “médiums” para comunicarse con sus seres queridos que están “vivos”.
Por miles de años los humanos en todo el mundo, de todas las creencias y esferas socioeconómicas, se han interesado por comunicarse con sus muertos. La razón es muy simple: los que quedamos de este lado necesitamos saber si los seres amados que partieron están bien o no. Y en muchos casos son mas “los vivos” los que desean estar en paz con la persona que murió. Deseamos comunicarnos aunque sea por una última vez, como dice el afamado médium John Edward, quien afirma: “Vivimos en un mundo material pero seguimos siendo espíritus y la energía del espíritu nunca muere”.
Siempre ha habido personas con el “don” de canalizar la comunicación entre este mundo visible y el otro. Los buenos “médiums” actúan como un canal entre los espíritus encarnados que somos los que vivimos en este mundo y los que ya dejaron su cuerpo. Lo primero que debemos saber es que los espíritus se manifiestan a través de imágenes mentales y símbolos Un buen médium capta en su mente la energía del espíritu igual que el que sintoniza una emisora de radio o televisión. La sesión del “médium” con el cliente se denomina “lectura” (reading, en inglés).
El reto está en dar con un buen médium, especialmente cuando la persona está rota de dolor porque es cuando mas susceptible estará de caer en manos de un farsante. ¿Cómo sabemos si el médium es auténtico o un fraude? El reto de un buen médium es saber interpretar los mensajes que recibe. Un buen médium debe cumplir con los siguiente requisitos:
- Ser sensible al dolor de su cliente y honesto para distinguir si los mensajes los recibe de espíritus desencarnados o de otras vibraciones energéticas.
- Nunca debe solicitar información previa sobre el espíritu o los espíritus que el cliente desea contactar. Cuanto menos sepa, mas fácil será reconocer su autenticidad.
- El cliente debe validar la información de los mensajes con un simple “si” o “no”, sin dar mas pistas o detalles. Un buen médium emite la información sin analizarla, tal y como la recibe. Un buen médium no acierta ni “la pega”, como se dice. Se limita a transmitir el mensaje. Recomendamos que antes de ver a un médium la persona interesada investigue primero su historial familiar para comprobar la información que obtendrá. En una lectura o reading puede aparecer el pariente menos esperado.
Por su parte, el cliente no debe esperar que el médium le pronostique su futuro. Cualquiera con un poco de sentido común puede predecir lo que va a ocurrir en una determinada situación. En cambio, antes de hacer la cita el cliente sí debe preguntarle al médium lo siguiente:
- Como realiza sus lecturas, si es en persona, por teléfono o por Internet (un buen médium puede estar al otro lado del planeta o delante de su cliente). Y qué resultados puede esperar.
- Si utiliza herramientas o vehículos de lectura u objetos que pertenecieron al espíritu que interesa contactar (esto se llama psicometría).
El precio variará de acuerdo con el prestigio del médium. Y aunque un precio elevado no garantiza los resultados de la lectura es justo y razonable que un médium cobre por su servicio. Según la médium Carole Lynne en su libro How to get a Good Reading from a Psychic Medium, existe la creencia de que en asuntos espirituales no debe mediar el dinero, pero el médium vive en un mundo material y debe cubrir los gastos que genera con su trabajo, como cualquier otro profesional. También puede, a su propia discreción, ofrecer sus servicios sin costo.
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