Los colores también ayudan a sanar
En el verano buscamos colores claros para sobrellevar los largos dias de sol y calor. Pero en el invierno nos deprime la oscuridad, por eso buscamos colores alegres y luminosos. No obstante, en cualquier época del año podemos elegir colores que nos ayuden a corregir algún malestar que nos aqueje, como puede ser un estado de melancolía o falta de vitalidad. Ese es el objetivo de la cromoterapia.
La cromoterapia es la técnica de sanar aplicando colores al cuerpo. Por siglos los pueblos antiguos de Mesopotamia, Egipto, China, Japón, India y las Américas precolombinas, entre otros mas, han aplicado colores específicos en las partes aquejadas del cuerpo durante ceremonias especiales para prevenir males y curar. De hecho, la costumbre de aplicar cintas de colores, según en qué parte del cuerpo sea necesaria, sigue vigente. En el Libro tibetano de los muertos, como conocemos en occidente al Bardo Thodol, sánscrito para Liberación a través de la sanaciøn (circa 1300 aC), encontramos esta cita: “La esencia del hombre, su ser interior, está relacionada con el color”. Y en el mundo cristiano los vitrales de las iglesias y catedrales medievales tenían el propósito de narrar pasajes de la Biblia a los fieles de aquella época que, en su inmensa mayoría, no sabian leer ni escribir. Aquellos coloridos cristales, como los lienzos pintados, les contaban historias pero también los inducían a estados serenos cuando los contemplaban.
Hasta nuestros tiempos ha llegado el conocimiento de que los colores tienen una forma de energía transmisible que actúa sobre el cerebro a través de la piel. El Test de Colores que creó en 1947 el psicoterapeuta suizo Max Lücher (1923-2017), se basó en que “la percepción sensorial del color es objetiva y universalmente compartida por todos”. Años antes, el Premio Nobel de Medicina y Fisiología de 1903, Niels Ryberg Finsen (Dinamarca, 1860-1904), demostró los efectos fisiologicos de la luz y las propiedades estimulantes y bactericidas de los rayos actinios (azul, violeta y ultravioleta), y creó la lámpara eléctrica de arco voltaico Finsen.
Los defensores de la cromoterapia aducen su eficacia a que armoniza la energía mediante prácticas muy sencillas que nos ayudan en el plano físico, mental y psíquico (espiritual). Ningún color es mejor que otro. Solo tenemos que conocer las propiedades sanadoras de cada uno para aplicarlos según convenga. Veamos la tabla con algunos de los colores principales y sus efectos:
- ROJO: estimula la circulación sanguínea y el ánimo.
- NARANJA: estimula el sistema respiratorio y fija el calcio; aumenta el optimismo.
- AMARILLO: activa el sistema digestivo; alivia la fatiga mental y estimula el intelecto.
- VERDE: desintoxica, estimula la concentración mental y calma los nervios. Reposa y fortifica la vista, de ahi que se recomienda caminar por bosques. Ayuda a bajar la presión sanguínea y a combatir el insomnio.
- TURQUESA: regenera la piel; alivia dolores de garganta y refresca la mente después de un arduo trabajo intelectual.
- AZUL: baja la fiebre; es antiséptico, astringente y refrescante. Alivia el asma.
- INDIGO: es anestésico; alivia dolores de anginas, cabeza, muelas y reumatismo. Estimula la intuición y el acceso a niveles superiores de consciencia.
- VIOLETA: Ayuda a controlar las fobias y los estados violentos.
Pruébalos y anota los efectos que sientes con cada uno. Y no olvides: los colores te pueden ayudar a enfrentar tus problemas, pero los problemas los tienes que resolver tü. Acude a tu especialista de la salud médica para que confirmes tus áreas de atención.
¡Te deseo salud y alegrias!
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