Puerto Rico en la CELAC
Nicaragua, Cuba, Venezuela y Ecuador dieron voz en la tercera cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) a los reclamos a favor de la libre determinación e independencia de Puerto Rico cuyo caso político se mantuvo en la agenda de los 33 gobernantes, a pesar de la fuerte polémica que causó.
Aún en momentos en que están en marcha sus negociaciones con Estados Unidos a favor del restablecimiento de relaciones diplomáticas, el presidente de Cuba, Raúl Castro, afirmó que “como hemos dicho en otras ocasiones, la Comunidad estará incompleta mientras falte Puerto Rico”.
“Su situación colonial es inadmisible, y su carácter latinoamericano y caribeño no admite lugar a dudas”, indicó Castro en su discurso del martes.
Daniel Ortega, el presidente de Nicaragua, sin embargo, fue el que le dio un vuelco al debate sobre la isla en la Celac, que se reunió esta semana en el cantón costarricense de Belén, en la zona metropolitana de San José.
Primero, el presidente Ortega cedió buena parte de su turno en la sesión inaugural – la gigantesca mesa redonda en que cada jefe de estado o de gobierno establece públicamente sus puntos de vista-, al presidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Rubén Berríos Martínez.
Para Ortega, el embargo económico contra Cuba – un lastre que hasta el presidente estadounidense, Barack Obama, quiere dejar atrás -, y el caso colonial de Puerto Rico son asuntos claves pendientes de los países de la Celac en su relación con Estados Unidos.
“Cuando los cambios anunciados desde Washington y La Habana preludian una nueva relación entre Estados Unidos y nuestra América, sería inconcebible mantener en Puerto Rico un status colonial”, dijo en su discurso Berríos Martínez.
El presidente del PIP explicó sus puntos de vista sobre el caso colonial puertorriqueño, y le advirtió a la Celac que debería ir más allá de las expresiones que ha reiterado en la tercera cumbre en el sentido de reconocer la identidad latinoamericana y caribeña de Puerto Rico, decir que sigue su situación con interés y pedir a su liderato trabajar para erradicar el colonialismo y las colonias de la región.
Berríos Martínez reclamó dos acciones específicas a la CELAC: requerir la reapertura de todo el caso de Puerto Rico ante la Asamblea General de la ONU; y reclamar que el presidente Obama excarcele al prisionero político puertorriqueño Oscar López Rivera.
“Porque Nuestra América es una sola patria. Por donde va uno, vamos todos”, dijo el líder del PIP, quien fue integrado – junto a la senadora María de Lourdes Santiago, Fernando Martín y Juan Dalmau- a la delegación oficial de Nicaragua.
“Casi lloro al escuchar a Berríos Martínez”, sostuvo el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en su intervención, en la que describió al prisionero independentista López Rivera – quien lleva 33 años y ocho meses encarcelado-, como “nuestro Nelson Mandela”.
Pero, en medio de la euforia de Maduro – cuyo dramatismo seguramente desconecta a muchos-, estuvo la fría recepción que le dio el presidente pro tempore de la CELACy de Costa Rica, Luis Guillermo Solis, a la iniciativa de Nicaragua.
A Solís le pareció fuera de orden que Ortega cediera su turno a una persona que no es jefe de estado o de gobierno. Ortega le recordó que él permitió hablar al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
La situación hizo crisis al día siguiente, en la sesión privada de presidentes, primeros ministros y/o cancilleres.
Ortega, ya de vuelta en Managua, nombró a Berríos Martínez presidente de su delegación,
Costa Rica – según el presidente Solís con el respaldo de otros países-, objetó. “Ese (encuentro privado de la cumbre) es un ejercicio muy íntimo”, dijo Solís, al describir “el retiro” de la cumbre como una oportunidad para abordar “una agenda muy amplia” de forma confidencial.
“La intransigencia de Nicaragua fue absoluta”, sostuvo Solís, cuyo país ha tenido fricciones históricas – por asuntos políticos y territoriales-, con Managua. La sesión privada fue cancelada.
Ecuador, sin embargo, dio nuevas alas al debate sobre Puerto Rico.
El presidente Correa, ciertamente, respaldó la determinación de Monge de cancelar la sesión privada de mandatarios ante la presencia de Berríos Martínez en la delegación de Nicaragua.
“Hubiese sido un precedente nefasto. Hay que separar los objetivos de los procedimientos”, indicó Correa, al comparar la propuesta de Nicaragua con la posibilidad de que Estados Unidos intentara en la cumbre de las Américas de abril próximo en Panamá, integrar a Inglaterra para hablar de las Malvinas.
En el mensaje de cierre de la reunión, no obstante, Correa – quien por su país ser sede de la reunión de 2016 asumió la dirección pro tempore de CELAC-, dio fuerza a la petición para que haya representación formal de Puerto Rico en la organización regional, como han pedido Venezuela y Nicaragua.
“La Celac debe jugar un rol protagónico en acompañar el proceso de descolonización en la región latinoamericana y caribeña. En general, debe ser el actor de referencia en la resolución de conflictos o asuntos de larga data que atañen a los países de la región”, indicó Correa.
En eso coincidió también con el presidente del PIP.
Es improbable pensar que el caso político en la ONU salga de su marasmo, si no hay una fuerte presión latinoamericana.
Y revivir el caso político de Puerto Rico en la Asamblea General de la ONU puede ser del interés de independentistas, soberanistas y estadistas.
Que el caso de Puerto Rico vuelva a la Asamblea General de la ONU no tacha la falta de consenso en Washington y San Juan. Pero, puede incentivar nuevos esfuerzos.
La próxima cumbre de la CELAC, en Ecuador bajo la dirección de Correa, cobra ahora más importancia. Relevante será también conocer la posición que CELAC quiera llevar este verano ante el Comité de Descolonización de la ONU.Para el caso político de Puerto Rico a nivel internacional, la CELAC puede ser la prueba de fuego.
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La declaración oficial de la tercera Cumbre de la Celac
*Los puntos 68, 69 y 70 de la declaración de Belén copian – textualmente – las expresiones de la Segunda Cumbre de la Celac.
*Primero, la Celac decidió “reiterar el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y, al tomar nota de las resoluciones sobre Puerto Rico adoptadas por el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas, reiteramos que es asunto de interés de CELAC”.
*Luego, sostiene que “los países miembros de la CELAC nos comprometemos a seguir trabajando en el marco del Derecho Internacional, y en particular, de la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 14 de diciembre de 1960, para lograr que la región de América Latina y el Caribe sea un territorio libre de colonialismo y colonias”.
*Y volvió a “encomendar al Cuarteto de la CELAC para que, con la participación de otros Estados miembros que deseen sumarse a este mandato, presenten propuestas para avanzar” el caso de Puerto Rico.
*Con la prisa, sin embargo, de acuerdo a lo publicado en la página de internet del gobierno de Costa Rica, se los olvidó corregir que el párrafo 38 de la segunda cumbre era ahora el 68. Quizá un reflejo de cómo terminaron las cosas en Belén.
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