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Paul Ryan y la regla Hastert

Al asumir la presidencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Paul Ryan (Wisconsin) ha prometido cumplir estrictamente con la regla interna de su caucus que en ocasiones ha demandado que para llevar a votación un proyecto de ley la mitad más uno de sus legisladores debe favorecerlo.

En un caucus en el que ni uno solo de sus miembros ha coauspiciado los proyectos dirigidos a autorizar una reestructuración parcial de la deuda pública de Puerto Rico u otorgarle paridad a la Isla en los programas de salud, adoptar estrictamente la llamada “regla Hastert” pueden ser malas noticias para la Isla.

Debido a que históricamente cuatro de cada cinco republicanos han votado en contra de los proyectos de status del Partido Nuevo Progresista (PNP) y que es favorito para retener la mayoría en las próximas elecciones de noviembre de 2016, el panorama se le vuelve a complicar a los estadistas.

Ryan fue elegido ayer presidente de la Cámara de Representantes, en sustitución del renunciante John Bohner. Ha hecho claro a su caucus que la regla Hastert – en referencia al expresidente cameral Dennis Hastert, quien esta semana acaba de declararse culpable de mentir al FBI sobre pagos por sobornos para evitar la divulgación de conducta sexual inapropiada-, va a ser ejercitada rigurosamente.

La regla Hastert supone que ninguan medida será llevada al hemiciclo de la Cámara baja a menos que la mayoría de la mayoría de los miembros del caucus republicano esté de acuerdo. Los conservadores acusaron a Boehner de dejarla a un lado en varias ocasiones.

“Nada que tenga que ver con la Isla va a poder pasar la Cámara si no hay apoyo de los miembros más conservadores de la delegación republicana”, indicó hoy Alfonso Aguilar, director ejecutivo de la Alianza Latina de Principios Conservadores.

El comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, sostuvo, sin embargo, que como se quiere hacer con el ómnibus de asignaciones de diciembre, si se logra incluir alguna iniciativa sobre la crisis fiscal de Puerto Rico sería parte de un proyecto de ley muy grande, con diferentes propuestas. “Estos vehículos legislativos gigantescos son parte de una transacciones e incluye iniciativas individuales con las que no todos los miembros están de acuerdo, aunque apoyen el proyecto como un todo”, indicó Pierluisi.

Cuando en 2010 la Cámara de Representantes de Estados Unidos ratificó el proyecto de status 2499 (223-169) de  Pierluisi,  solo el 22% de los republicanos (en total 39 representantes) votó a favor, 19 menos que el total de legisladores del GOP que lo había coauspiciado. Ryan fue uno de los votos en contra.

Una republicana, Virginia Foxx (Carolina del Norte) fue autora de la enmienda que daño las intenciones de Pierluisi con el proyecto,  pues incluyó al actual status territorial entre las alternativas de una  segunda consulta aunque fuera derrotada, en una votación sí o no, en la primera.

En 1998, cuando la Cámara de Representantes aprobó, por la mínima diferencia (209-208), el proyecto de status 856 del republicano Don Young (Alaska), solo el 19% (43 votos) de la mayoría GOP votó a favor de aquella medida.

La regla Hastert es “una realidad con la que tendrá que vivir el PNP”, dijo el representante del Partido Popular Democrático (PPD) Luis Vega Ramos, quien considera que cualquier medida de status que incluye la estadidad como alternativa siempre “muere en los pasillos del Congreso”. Los problemas principales de los estadistas estaban antes, a juicio de Vega Ramos,  “mayormente en el Senado, ahora es en ambos cuerpos”.

Para Aguilar, los estadistas en particular deben aprender que “no se puede trabajar exclusivamente con el liderato de la Cámara, hay que desarrollar relaciones de trabajo con otros miembros que aunque no están en puestos de liderato tiene influencia sobre un buen grupo de miembros conservadores”.

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