El tapaboca de Rosselló a Trump
Nadie sabe si alguno de los dos prevalecerá en noviembre de 2020, pero con la ley que permite un voto simbólico por los candidatos a la presidencia de EE.UU., el gobernador Ricardo Rosselló Nevares puede tener la oportunidad de darle un golpe, político, a Donald Trump.
En enero de 2018, después la lenta e ineficiente respuesta del gobierno federal a la emergencia desatada por el huracán María – que tantas críticas le generó a Trump-, el gobernador Rosselló Nevares convirtió en ley la medida que permite celebrar una consulta simbólica sobre los candidatos a la presidencia de EE.UU..
La consulta no tendrá ningún efecto en la elección estadounidense, por supuesto. Pero, es un evento que puede hacer lucir muy mal al presidente de Estados Unidos.
Solo una minoría de los puertorriqueños de la Isla se relaciona con los partidos estadounidenses. La política puertorriqueña gira sobre los partidos Nuevo Progresista (PNP), Popular Democrático (PPD), Independentista Puertorriqueño (PIP) y otros que se integren al proceso, como ahora busca el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC).
Una encuesta hecha el verano pasado por The Washington Post así lo confirmó. Entre los entrevistados, solo el 10% de los electores de la Isla se identificó como republicano. Otro 22% dijo sentirse vinculado a los demócratas de EE.UU..
Entre los que van a votar a las primarias presidenciales, los resultados de los últimos años indican que una proporción similar de 2 a 1 favorece a los demócratas.
Por ejemplo, 89,690 personas votaron en las primarias presidenciales demócratas de 2016. Ese mismo año las primarias republicanas – en las que Trump obtuvo solo 5,474 votos (13.29%)- movilizaron a 41,196.
En las primarias del PNP y PPD de 2016, en conjunto, participaron sobre 600,000 personas.
En 2008, la primaria presidencial demócrata entre Hillary Clinton y Barack Obama generó interés entre 387,299 electores. Cuatro años después, la primaria presidencial republicana, ganada por Mitt Romney, generó 128,834 votos. Otra vez se percibe una ventaja demócrata 2 a 1.
Trump solo consiguió el 13.2% de apoyo republicano en la isla en 2016. En una elección simbólica frente al candidato presidencial demócrata se le debe hacer igual de difícil competir.
La misma encuesta del Washington Post reveló que el verano pasado, solo el 15% de los residentes de la isla que vivieron la experiencia del huracán María elogiaba el desempeño de Trump.
Después de haber rechazado la estadidad y en momentos en que se hace evidente un nuevo esfuerzo a favor de limitar o frenar ayudas de emergencia a la Isla, la imagen de Trump en Puerto Rico puede haber caído más.
El pasado jueves, el gobernador Rosselló Nevares describió a Trump, lo que dice era una metáfora, como un ‘bully’ al que le pegaría “un puño en la boca”, si se le acerca.
Difícilmente quiera Trump venir a hacer campaña a la Isla para un voto que no cuenta.
Pero, el voto presidencial podría precisar si Trump ha alejado más a los republicanos de la minoría que se identifica en la Isla con los partidos de Estados Unidos y darle una victoria simbólica a Rosselló Nevares, aliado a los demócratas, sobre el inquilino de la Casa Blanca. No sentirá felicidad total si él mismo no revalida como gobernador, claro ésta – lo que es un asunto totalmente independiente-, pero el tapaboca de Rosselló Nevares a Trump puede ocurrir en 17 meses.