En un artículo reciente, el Center for American Progress (CAP), uno de los grupos de estudios liberales más influyentes entre los demócratas, advirtió que resolver la situación colonial de Puerto Rico es “la única forma para comenzar a atender la significativa crisis económica de la isla”.

Pero, en busca de establecer las cuentas claras, CAP exhortó a los grupos progresistas a abrazar la causa sobre el futuro político de Puerto Rico desde la perspectiva de que los puertorriqueños, para optar por alternativas no coloniales, necesitan ejercer su derecho a la autodeterminación sin que se les empuje hacia un status en particular.

“Las instituciones progresistas en la parte continental de los Estados Unidos deberían comenzar a tomar en serio el tema del status político de Puerto Rico e incorporarlo a las discusiones políticas más amplias que rodean los valores democráticos. Es hora de que los progresistas declaren firmemente su apoyo a un proceso de autodeterminación justo y equitativo para que la gente de Puerto Rico pueda decidir su futuro”, indicó Erin Cohan, jefa de Gabinete del CAP.

La posición del CAP surge después de que el Partido Demócrata de EE.UU. – siguiendo los pasos de su presidente, Tom Pérez-, adoptara resoluciones en respaldo a la estadidad para Puerto Rico, después de décadas de mantenerse neutral.

También se presenta en momentos en que algunos sectores liberales han visto en la propuesta de estadidad para Puerto Rico un proyecto favorable para los demócratas, como lo es el firme reclamo de estadidad que han hecho los electores de Washington D.C.. Aunque una pequeña parte de la población de la isla se identifica con los partidos de EE.UU., en las últimas primarias presidenciales dos tercios de los participantes se han identificado con los demócratas.

El llamamiento del CAP parece ir dirigido a esos grupos, que ven en el debate sobre el futuro político de la Isla un beneficio político para los demócratas en Estados Unidos, sin tomar en cuenta que Puerto Rico aún busca ejercer, frente al gobierno federal, su derecho a la libre determinación.

Entre los republicanos ha sido obvio que ven en la propuesta de estadidad para Puerto Rico una amenaza para sus esfuerzos por controlar el Congreso. En ese sentido, la más clara expresión republicana la hizo el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell (Kentucky), quien percibe que el debate sobre la estadidad para Puerto Rico y Washington D.C. es parte de una “agenda democrática socialista” a la que aseguró que nunca dará paso.

“Puerto Rico ha celebrado cinco plebiscitos de status anteriores, o referéndums, todos los cuales no fueron vinculantes y se consideraron ejercicios políticos manipulados por el partido en el poder, y en algunos casos, los políticos de los Estados Unidos continentales y los intereses corporativos y de otro tipo de los Estados Unidos que buscaban asegurar un resultado deseado. Es por esta razón que las partes interesadas deben trabajar a través de las líneas partidarias para garantizar que este proceso permanezca libre de influencias políticas indebidas”, señaló Cohan, quien tuvo experiencia en el gobierno de Puerto Rico durante el cuatrienio de Alejandro García Padilla, pues trabajó en la oficina de Washington de la Administración de Asuntos Federales de Puerto Rico (Prfaa).

En ese sentido, a nombre del CAP, Cohan recomendó a los grupos y sectores liberales de EE.UU. pedir al Congreso que apruebe una legislación “que reconozca el derecho de Puerto Rico a su autodeterminación y que trabaje en conjunto con el pueblo de Puerto Rico para crear un proceso inclusivo, abierto y justo. por el cual todas las opciones no coloniales y no territoriales son examinadas y consideradas como soluciones permanentes”.

Cohan afirmó que “la legislación también debe incluir fondos federales suficientes y abarcar todas las regulaciones necesarias para llevar a buen término este proceso, incluidas las disposiciones que establecen claramente que el resultado es vinculante y reconocido por el gobierno de los Estados Unidos”.