Jeb Bush tiene que haber desencantado a muchos estadistas con sus expresiones de status en San Juan.

Como lo ha hecho desde que era un joven organizador de la campaña de su padre en 1980, Bush  – próximo a anunciar su aspiración a la candidatura presidencial republicana – habla a favor de la idea de convertir a Puerto Rico en el estado 51 de Estados Unidos.

Eso no ha variado.

Pero, en unas horas en la Isla pareció difuminar el mensaje de sus propios amigos republicanos que llevan 30 meses reclamando “Statehood Now”.

Bush, con el exgobernador Luis Fortuño a su lado, interpretó los resultados del plebiscito de noviembre de 2012 como un rechazo al status actual. Pero, en vez de hablar de un proyecto de admisión o vincular un referéndum federal con un proceso de admisión – como el proyecto 727 del comisionado residente Pedro Pierluisi-, Bush considera que lo próximo debe ser una consulta estadidad sí o no.

Es decir, una nueva votación en la que se pueda conocer con precisión el respaldo que tiene la propuesta de estadidad. Es lógico que se requiera un nuevo referéndum de status para tratar de reencaminar el debate. Pero,  son muchos los que en el PNP todavía no quieren aceptar que va a tener que haber por lo menos otra consulta en la Isla antes de pensar en un proceso de admisión.

Pienso que entre el grupo de posibles precandidatos presidenciales republicanos. el exgobernador estaba identificado como la carta más solidaria con la propuesta de estadidad. Pero el mensaje de Bush ha sido claro. No hay varas mágicas. Si quieren echar hacia delante su propuesta de status,  cuando puedan, convoquen a un nuevo referéndum, el cual él considera debe ser estadidad sí o no.