El GOP en los tiempos de Trump
En una semana, 2,472 delegados estarán en Cleveland (Ohio) para participar de la convención presidencial republicana que debe confirmar al magnate Donald Trump como el candidato del Grand Old Party (GOP) a la Casa Blanca.
Importantes figuras de la colectividad, convencidas de que Trump no representa los ideales de su partido, estarán ausentes, incluidos los expresidentes George W. Bush y George H. Bush.
En el grupo de los que prefieren estar lejos de Trump entre el 18 y 21 de julio estarán además los senadores John McCain (Arizona) y Marco Rubio (Florida), que han decidido concentrarse en sus candidaturas a la reelección.
Tampoco irá a la fiesta de coronación de Trump como líder del Partido Republicano el gobernador de Nevada, Brian Sandoval, entre otros.
Para la abrumadora mayoría de los 23 delegados de Puerto Rico con voto en Cleveland, sobre todo para los que son candidatos a puestos electivos, la convención de Trump también representa su buena cuota de complicaciones y retos.
Por un lado, siguen atados a votar por el senador Rubio, quien no ha soltado los delegados que quedaron comprometidos con su precandidatura presidencial.
Al mismo tiempo, por lo menos de sus principales líderes, el exgobernador Luis Fortuño – quien es la principal cara de los republicanos de la Isla en las estructuras del GOP -, y la representante Jenniffer González han descartado respaldar a Trump.
A González, candidata del Partido Nuevo Progresista (PNP) a comisionada residente en Washington y presidenta del Partido Republicano de EEUU en Puerto Rico, le puede convenir electoralmente en la Isla mantenerse lejos de Trump.
González ha sido clara en afirmar que Trump – quien ha hecho expresiones discriminatorias contra mexicanos, desde indocumentados hasta un juez federal, y tiene escasa popularidad entre el electorado latino-, no le representa.
Trump, de todos modos, tendrá cuatro o cinco seguidores en el grupo de Puerto Rico, según su representante en la Isla, John Regis.
De cara a la convención, el Comité de Programa del GOP, que se reúne a partir de mañana, debe aprobar esta semana su ‘plataforma’ electoral, incluido el lenguaje sobre Puerto Rico.
Regis considera que hay esfuerzos dirigidos a actualizar el programa republicano de 2012 sobre Puerto Rico con algún texto sobre los resultados del plebiscito de diciembre de ese año en la Isla.
En el programa electoral de 2012 – un documento que no vincula ni al inquilino de la Casa Blanca ni al Congreso como se ha hecho evidente bajo diferentes gobiernos-, el Partido Republicano de EEUU expresó su apoyo al“derecho de los ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico a convertirse en un estado soberano si así lo determinan libremente”.
“Reconocemos que el Congreso tiene la responsabilidad final para definir las opciones de status constitucionalmente válidas para Puerto Rico lograr un status permanente no territorial con un gobierno por consentimiento y de plenos derechos. Mientras Puerto Rico no sea un estado, sin embargo, la voluntad de su pueblo en torno a su status político debe aclararse por medio de un referéndum general o un referéndum auspiciado por el Gobierno federal”, indicó el lenguaje 2012.
Previo a la primaria presidencial de marzo pasado en la Isla, Trump expresó por escrito que “la voluntad del pueblo puertorriqueño en cualquier referéndum de status debe tomarse en cuenta, cuando el Congreso esté atendiendo cualquier petición de cambio en el status de Puerto Rico, incluida la estadidad”.
Luego, en una entrevista con la cadena CNN, Trump afirmó que es inevitable un “recorte” en la deuda pública de Puerto Rico, pero no dijo cómo hacerlo. También se opuso a un rescate financiero para la Isla.
“Ellos tienen que resolver el problema. Tienen demasiada deuda. Soy el rey de las deudas. Conozco más sobre deudas que nadie. Amo las deudas. Pero, también amo reducir las deudas y sé hacerlo mejor que nadie. Puerto Rico tiene demasiada deuda. No puedes solamente reestructurar. Tienes que recortar la deuda”, afirmó Trump.
En tiempos recientes, no ha habido un aspirante presidencial republicano más distanciado de los asuntos de Puerto Rico.
No es que los temas de la Isla estén en el listado de prioridades de los políticos estadounidenses.
Pero, ante la magnitud de la crisis fiscal y de deuda pública y el momento histórico en que se encuentran las relaciones entre Puerto Rico y EEUU, la falta de atención de Trump hacia la Isla se hace más relevante.