El estado 51 de Nueva Columbia
Con más auspiciadores que la legislación pro estadidad paraPuerto Rico, el proyecto del Senado estadounidense dirigido a convertir aWashington D.C. en el estado 51 tuvo su día de audiencia, aunque va tambiénencaminado a quedar engavetado.
Como presidente del Comité de Seguridad Interna y AsuntosGubernamentales, el senador demócrata Tom Carper (Delaware), promovió ellunes la discusión de su proyecto de ley – que lleva el número 132 -, y quepersigue crear el estado 51 en gran parte de lo que es hoy Washington D.C.,bajo el nombre de “Nueva Columbia”.
“Me sorprendió conocer el pasado año que Estados Unidos es laúnica democracia en el mundo que le niega representación con voto a la genteque vive en su ciudad capital”, indicó Carper, cuya legislación mantendríaun distrito federal independiente en la capital estadounidense, que incluiríala Casa Blanca, el Capitolio, el Tribunal Supremo, y el parque central(national mall).
El legislador federal sostuvo que la vista pública tuvo elpropósito de revivir el debate sobre la idea de darle plenos derechos políticosa los residentes de Washington D.C..
“El Distrito de Columbia es el único lugar en Estados Unidos enel que estadounidenses sirven en las fuerzas militares, pelean y mueren enguerras, sirven como jurados y se les imponen contribuciones, sin tenerrepresentación en las dos cámaras del Congreso”, indicó el alcalde VincentGray, quien después de un escándalo electoral aún bajo investigación perdió suprimaria y termina su mandato en diciembre.
Con excepción del pago de contribuciones sobre ingresos pudohaber estado hablando de Puerto Rico.
Otra diferencia con la isla es que los residentes de WashingtonD.C. por enmienda constitucional, votan por el presidente de Estados Unidos.
La última vez que un proyecto para otorgarle la estadidad aWashington D.C. se llevó a votación en el Congreso fue en el 1993, pero fuederrotado en la Cámara baja federal (277 a 153).
El senador republicano Tom Coburn (Oklahoma), portavoz de laminoría en el Comité de Seguridad Interna y Asuntos Gubernamentales, consideróque otorgarle la estadidad a Washington D.C. iría en contra de la Constituciónfederal, requeriría anular la enmienda 23 que permitió la participación de losresidentes de la capital federal en el colegio electoral estadounidense y quizáel consentimiento de Maryland, estado que donó sus tierras.
Otros panelistas difirieron. El abogado Viet Dinh, profesor dela Universidad de Georgetown, descartó problemas constitucionales, al insistiren que “la admisión de Nueva Columbia sería”, como en casos anteriores, “una decisión política del Congreso”.
“La respaldo”, dijo en julio el presidente Barack Obama al serpreguntado sobre la idea de convertir a Washington D.C. en el estado 51.
Contrario al caso de Washington D.C., a los proyectos afavor de la estadidad para Puerto Rico, promovidos en esta sesión del Congresopor el Partido Nuevo Progresista (PNP), no se les ha brindado el trámite formalde una audiencia.
Cuando el Comité de Energía y Recursos Naturales del Senadocelebró en agosto de 2013 una vista pública sobre el status de Puerto Rico, elproyecto 2020 del senador Martin Heinrich (Nuevo México) no se habíapresentado.
Entonces analizaron los resultados del plebiscito de 2012 ytomaron nota del proyecto 2000 del comisionado Pedro Pierluisi, que como el deHeinrich impulsa un referéndum estadidad sí o no, el que quisieran atar con unproceso de admisión de la isla como estado, y el cual no ha conseguido unaaudiencia en la Cámara de Representantes, donde está radicado.
La demócrata Mary Landrieu (Louisiana), considerada una aliadade los estadistas, preside desde febrero el Comité de Energía y RecursosNaturales, pero en momentos en que está enfrascada en una difícil campañareeleccionaria no ha querido tocar el tema del status de la isla ni con unavara larga.
El proyecto de Pierluisi, incluyéndolo a él, tiene 132coauspiciadores.
Pero, mientras el del senador Carper a favor de Washington D.C.tiene 21, el del senador Heinrich lo apoyan solo él y dos colegas más.
Entre los 21 coauspiciadores del proyecto de ley a favor de quela “Nueva Columbia” sea el estado 51 están el líder de la mayoría demócrata delSenado, Harry Reid (Nevada), las senadoras demócratas Elizabeth Warren(Massachusetts), Kirsten Gillibrand (Nueva York) y Barbara Boxer (California).
Todos los auspiciadores del proyecto sobre Washington D.C. sondemócratas.
El líder Reid se ha expresado también a favor de la estadidadpara Puerto Rico, pero en el caso de Washington D.C. ha roto su costumbre de nocoauspiciar proyectos de ley.
De los coauspiciadores de proyecto de Pierluisi solo una docenason republicanos. Los tres que firman el de Heinrich son demócratas.
La ausencia de coauspiciadores republicanos, en ambos casosapunta al fuerte problema político que tiene cualquier propuesta para añadirleun estado a Estados Unidos.
En Washington D.C., a diferencia de la isla, está claro que elelectorado favorece ampliamente la estadidad.
Pero, más allá de las dudas constitucionales que puedan teneralgunos, la reticencia con la idea de convertir la capital estadounidense en elestado 51 está amarrada al hecho de que se estima que tres de cada cuatrode los electores de Washington D.C. prefieren a los demócratas.
Una percepción parecida, basada en el voto de los boricuas enEstados Unidos y la participación en primarias presidenciales de la isla,existe sobre Puerto Rico.
Los legisladores federales podrán necesitar informarse sobre losdebates constitucionales y fiscales de cada territorio, pero entienden muy bienel mensaje cuando les explican que el cuadre final de una elección puedeperjudicar a su partido o quizá su propio escaño.