Nueve meses para invertir en una vida
Es paradójico que la generalidad de la gente invierte en ocasiones hasta un año o cuando menos varios meses para la celebración de su boda, un evento de un solo día, pero muy poco tiempo se dedica a conocer a su eventual pareja, con la que se supone pasará toda una vida.
Igual ocurre, y es mi tema de hoy, con el embarazo. Los padres dedican los nueve meses de la gestación a tener listo todo lo material, incluyendo el cuarto que utilizará el bebé, ropa, pañales, etc. En otras palabras, nos ocupamos de todo sobre el aspecto físico de la criatura, pero en nada respecto a lo que tiene que ver con su alma y espíritu.
A lo sumo, hay quienes se preocupan por algo más que el plano físico, y han adoptado recomendaciones de la ciencia sobre poner música durante el embarazo. Pero como veremos más adelante, no basta con eso.
¿Pero cómo entender que el bebé tiene un alma y espíritu, si aun siendo adultos muchos no se han enterado de que todos somos mucho más que un cuerpo de carne y hueso? De hecho, ciertos sectores ni siquiera consideran que hay vida en el vientre, dependiendo del tiempo de gestación en que se encuentre la madre. Piensan que solo se trata de un manojo de células. Y yo que siempre pensé que en las células hay vida, porque eso fue lo que me enseñó la propia ciencia.
Pero ese es otro tema. Lo que hoy quiero exponer es acerca de, cómo precisamente la ciencia ha realizado estudios de los que el pueblo cristiano debe tomar nota y propiciar así el ambiente necesario para el surgimiento de una nueva generación de personas para quienes relacionarse con Dios sea visto como algo natural.
La última vez que me dirigí a ustedes (en el blog UNA NUEVA GENERACIÓN) traté el tema de la oración durante el embarazo, basado en el libro que publicó la autora Edna Rivera, especialista en el desarrollo del niño y la alfabetización temprana, y quien fundamentó su libro en lo que la ciencia ha definido como memoria prenatal, junto a los preceptos bíblicos.
En su libro, El embarazo, el mejor tiempo para sumergir a su bebé en la oración, Rivera vincula los principios de la Biblia con los hallazgos de la ciencia sobre la memoria prenatal. Quiso la autora proveer una herramienta que ayudara a aprovechar los nueve meses del embarazo para comenzar a desarrollar una relación de apego entre los padres y su bebé, a medida que es sumergido en la oración basada en la Palabra.
“La Biblia lo afirma y la ciencia lo confirma; el campo de la sicología prenatal ha confirmado que muchas de las experiencias que el bebé tiene en el vientre de su madre, están siendo grabadas en su ser”, expuso Rivera, quien justo al momento de la publicación de su obra, comenzó en su iglesia un ministerio de oración por las madres embarazadas, que acuden todos los lunes para que se les ore por su bebé al tiempo que son entrenadas para hacer lo mismo.
Lo interesante es que se aplican los conocimientos que proporciona la ciencia, en lo que respecta a las distintas etapas de desarrollo del bebé, y se complementan con lo que la Palabra de Dios dice a cerca de cada uno. Sin duda, seres vivientes, tan humanos como nosotros, y sí, desde el momento de la concepción. Porque de no haber vida, nada ocurriría al cabo de nueve meses. Sería como la semilla que se deja en un escaparate sin sembrar. Pero como hay vida desde la concepción, vida emerge al tiempo establecido.
“El libro aplica los hallazgos sobre la memoria prenatal para proveer experiencias de vida al bebé por nacer. En vez de limitarse a ponerle música a su bebé durante la gestación, comenzará a grabar la Palabra de Dios. Este libro le permite al pueblo de Dios tomar ventaja de los conocimientos que la investigación ha arrojado sobre los campos de la memoria prenatal y memoria celular a fin de comenzar a instruir como jamás podrá volver a hacer”, explicó Rivera.
El libro incorpora los hallazgos de las últimas dos décadas de investigación científica, según explicó su autora, sobre la memoria prenatal desde una perspectiva integral y espiritual. Estas investigaciones, cuenta Rivera, revelan una nueva e impactante realidad de los nueve meses de embarazo; lo identifican como periodo crucial en el que se establece el fundamento para el bienestar y posibles enfermedades posteriores en la vida.
“El campo de la sicología prenatal ha confirmado que las experiencias que el bebé tiene en el viente de su madre están siendo grabadas en su memoria celular y que las mismas formarán parte de su arquitectura cerebral. Si miramos el proceso de la concepción desde una perspectiva holística, no veremos al bebé por nacer como un producto de una composición física, sino como un ser integral desde el mismo momento de su concepción. Un ser espiritual capaz de grabar en su ser las experiencias tóxicas o positivas que le rodean”, dijo la escritora. “Memorias que quizás no necesariamente dependen de su cerebro sino de su espíritu”.
Según aclaró, aún existe mucha discusión sobre dónde y cómo a tan temprana edad se graban estas memorias. Pero lo que es innegable es que existe una memoria prenatal. Citó como ejemplo historias verídicas de músicos que son capaces de tocar una compleja pieza musical a la cual nunca antes habían estado expuestos, pero que durante el embarazo sus respectivas madres la habían practicado. “De hecho, músicos de la filarmónica Hamilton reclaman que su interés por la música comenzó desde que estaban en el útero”.
Consciente de que el periodo del embarazo es un periodo de muchas emociones y que el estrés tóxico que experimentan los padres puede afectar al bebé por nacer, surgió su interés de escribir el libro.
“Surge como regalo de amor que le permite a una mujer sola o al matrimonio alejarse de las tensiones del día, olvidarse de las presiones diarias, y concentrarse en el deleite de unos momentos de intimidad con su bebé durante todo el embarazo”, expresó esta profesional, quien dedica espacio en su obra para aquellas madres, que por la razón que fuera tuvieron una experiencia de aborto, ya fuera provocado o involuntario.
Y Rivera aborda el tema desde una perspectiva restauradora, de una nueva oportunidad, que ayuda a aquellas mujeres que pudieran aún cargar con una culpa del pasado, entender que puede haber un nuevo comienzo, comenzando por perdonarse a sí mismas.
En la próxima ocasión hablaré de lo que Rivera, con un bachillerato en psicología y una maestría en educación, nos tiene que contar acerca de lo que dicen investigadores sobre los hallazgos relacionados a la memoria prenatal y cómo influyen concretamente en el infante las experiencias de la madre durante el embarazo.