No cabe duda que hay un vínculo muy especial entre los animales y los seres humanos. Esta relación se remonta a miles de años. Y esa relación se da producto del universo que compartimos donde vemos una relación intrínseca entre el hombre, los animales y nuestro ecosistema. Esto se conoce bajo el concepto en inglés: “One World. One Health”. Mas que nunca esa relación se ha hecho evidente por la secuela de la pandemia del COVID-19. Esto está afectando todas las dimensiones en nuestra vida, nuestra economía, nuestra sociedad, nuestras relaciones, nuestra realidad y nuestro futuro. Pareciera ser que todas aquellas cosas por lo cual nos sentíamos tan orgullosos nos juegan una trastada. Los medios de transporte, tan eficientes y tan utilizados hoy día, se han convertido en una de las peores amenazas en la difusión de este virus.

Los medios de comunicación nos han acercado más a esta realidad y hoy sabemos al momento lo que ocurre en cualquier esquina del mundo. Las plataformas sociales son nuestro medio para expresar miedos, pero también nuestras esperanzas. Aplicaciones digitales nos mantienen conectados de manera virtual. Todo tiene un precio y lo importante es mantener un balance porque mucha data o información nos drena.

Pero este detente, particularmente en estas semanas tan significativas, tal vez tenga un propósito y es precisamente “detenernos” ante el agite de vida que nos ha tocado vivir. Ahora hay tiempo para pensar, compartir, planificar y mirar el mundo y nuestras relaciones de una manera distinta. Ahora hay tiempo para llamar a personas con las cuales antes no conversabamos. Añoramos los abrazos y el saludo afectuoso. Ni el poder, ni el dinero, ni las influencias hacen la diferencia. Nuestro planeta es nuestra casa y está enfermo. Nuestro miedo y nuestra ansiedad son productos de la incertidumbre y nuestra incapacidad de controlar y saberlo todo. Aun los genios de la medicina han admitido que se enfrentan a un enemigo, común que resulta invisible. Pero también sabemos que hay esperanza porque todo tiene solución. Esto ha pasado antes y se le ha encontrado una salida. La diferencia es que nosotros somos parte de esa solución y el mayor protagonista si hacemos lo que tenemos que hacer, no salir.

Hay cosas simples que podemos hacer y alguna de ellas es reencontrarnos con nuestras mascotas. Las mascotas son nuestra terapia natural y nos ayudan a bajar la ansiedad, las tensiones y son nuestros mas fieles amigos, aun en tiempos de pandemia. Vamos a canalizar nuestras preocupaciones manteniendo una sana relación con ellas y que nos proporcionen la alegría y paz tan necesaria. Vamos a jugar con ellas como nunca antes. Incluyamos a nuestros hijos y mayores igualmente. Salgamos a nuestros patios e inventemos juegos con ellas, dediquemos tiempo para asearlas y cepillarlas y disfrutemos de todo lo que tienen para ofrecernos. Que todos en la familia participen de esta relación humano-animal tan especial con nuestros animales de compañía. Sean caninos, felinos, aves, reptiles o anfibios. Recuerdemos que no se ha encontrado evidencia que transmitan el virus, aunque debemos ser precavidos siempre.

Vivimos en un solo mundo, un solo planeta y este es el momento de agradecerle todo lo que nos ha dado. También es momento de introspección para enmendar el daño que le hemos hecho. Ya tendremos tiempo para abrazarnos y apreciar todo lo que teníamos y que hoy las circunstancias nos niega.

En tiempos de distanciamiento social DISFRUTA TUS MASCOTAS. La mejor terapia familiar en estos momentos…