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El PNP no es el Partido Demócrata

El Partido Nuevo Progresista (PNP) surge en la década del sesenta como un partido a favor de que Puerto Rico (PR) se convierta en un estado de los Estados Unidos (EEUU). Su principal líder y fundador, Luis A. Ferré, era republicano y pro estadidad. Decidió abandonar al Partido Estadista Republicano (PER) para formar un partido híbrido que diera espacio a republicanos y demócratas. Se supone que la prioridad y la misión del PNP sea la estadidad.

El actual presidente del PNP y gobernador de PR, Ricardo “Ricky” Rosselló, decidió hacer una campaña agresiva a favor de los demócratas en EEUU, en un momento en que se atienden asuntos fiscales, económicos, de infraestructura y del estatus de PR. No es cualquier momento, pues se trata de unas elecciones de medio término en las que se juega el programa de gobierno del presidente de EEUU, Donald Trump, y en las que surgen muchos candidatos socialistas.

“Ricky” endosó a los candidatos demócratas de Florida, Bill Nelson, para senador federal, y Andrew Gillum, para gobernador, en el peor momento. No apoyó al candidato republicano que más ayudó a los puertorriqueños luego del paso del huracán María y que, para colmo, apoya la estadidad para PR: Rick Scott. Su prioridad fue endosar a demócratas. La estadidad quedó en segundo plano.

Si bien es cierto que Ferré promovió que los estadistas demócratas apoyarán al partido de su preferencia en PR, y los invitó al PNP, también lo es que una vez en el PNP, demócrata o republicano, debía dar prioridad a la estadidad. De lo contrario, mejor cada bando se iba al partido de su preferencia.

Los republicanos y conservadores afiliados actualmente al PNP deben evaluar si desean continuar en un partido que no respeta la alianza entre republicanos y demócratas. Si la estadidad es algo secundario y las ideas conservadoras fiscales y sociales no son prioridad, debido a la alianza, entonces, por qué votar por el PNP.

El Gobernador debió evaluar la coyuntura en la que se encuentra el partido que preside. Los partidos en PR están en crisis y pierden apoyo de los electores. El PNP no es la excepción. Jugar a ser más demócrata que los demócratas que residen en los estados no es prudente. Menos en un momento en que los republicanos dominan la presidencia y la vicepresidencia de EEUU, y son mayoría en el Congreso. La apuesta de “Ricky” es riesgosa y, aunque ganaran los demócratas y obtuvieran mayoría en cualquiera de los cuerpos del Congreso, se trancaría el bolo, pues no tendrían la firma del presidente, ni una tercera parte de la Cámara o el Senado federal y, en el caso más viable, tendrían mayoría en solo uno de los dos cuerpos.

En otras palabras, la movida no asiste en adelantar la estadidad, pero sí sirve para alejar a los republicanos; es contraproducente. No se deben adoptar tácticas que sirvan como forma de represalia contra el presidente de EEUU, Donald Trump. La idea de “Ricky” sobre castigar a unos y apoyar a los que asisten a PR no se cumple, pues no dio su endoso a Scott. Pudo mantenerse neutral y abstenerse de dar endosos. Además, no tiene sentido batallar contra el Presidente si es quien debe firmar cualquier proyecto de ley.

Trump fue el primer presidente de EEUU en visitar a PR luego de una emergencia y su administración asignó fondos en cifras que rompen récords históricos. Los secretarios de agencias federales y varios congresistas visitan a PR con frecuencia. Hay asuntos fiscales, económicos y de infraestructura pendientes. El asunto del estatus, si se atiende, tendrá que pasar por las manos del Presidente y por uno de los cuerpos del Congreso que dominen los republicanos, si es que no dominan los dos cuerpos.

Los asesores del Gobernador necesitan ser más influyentes, pues parece que no lo aconsejan y, si lo hacen, parece que lo llevan a una autoderrota. Descuidan el proceso electoral estatal. Muchos conservadores, republicanos y estadistas están molestos con “Ricky”, por no cumplir su palabra a los grupos religiosos, por no dar prioridad a la estadidad, por apoyar solo a demócratas y demonizar a los republicanos, por ser más progresista que los progresistas, al punto de no querer firmar una nueva ley de armas ni ningún asunto que presenta el sector conservador.

No promovió el cambio de PR a jurisdicción doméstica para fines contributivos, porque prefirió aliarse a líderes y exgobernadores del Partido Popular Demócratico (PPD) para mantener el estatus quo con una exención especial parecida a la famosa Sección 936. Fracasó en el intento y dejó a PR sin la soga y sin la cabra. Pero, como es su costumbre, desplazó la culpa hacia los republicanos. Debería recordar que fueron los líderes republicanos de su partido quienes cabildearon por el cambio a jurisdicción doméstica, porque acercaba a PR más a la estadidad.

Alguien le debe recordar a “Ricky” la misión del PNP: la estadidad. De lo contrario, cada bando debería hacer sus maletas e inscribir un Partido Republicano y un Partido Demócrata. La alianza no tiene sentido si no se persigue el norte trazado desde la fundación del PNP.

El Partido Demócrata de PR alberga a populares y a penepés, a autonomistas defensores del ELA y a estadistas. Por más que “Ricky” le eche flores a candidatos demócratas, no apoyarán la estadidad, pues el PPD cabildeará en contra y sus miembros harán donaciones que pondrán en posición ambigua a cualquier político del Partido Demócrata. Hasta los congresistas puertorriqueños del Partido son independentistas y aliados del PPD: Luis Gutiérrez y Nydia Velázquez.

Comprendo el dicho “No pongas tus huevos en una sola canasta”, pero si una de las canastas está rota, se cae de la mata que hay que ponerlos en la otra.

 

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