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“Americans are Dreamers too”

El primer mensaje de Estado del presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, fue uno emotivo y de reconocimiento de los distintos actos heroicos de individuos que aportan al bienestar de la Nación y del mundo. También, presentó los logros del primer año de su administración. Aludió a la necesidad de colaborar más allá de líneas partidistas con el fin de aprobar medidas legislativas que atiendan los problemas que quedan pendientes.

Entre los héroes de la noche se destaca el caso de un hombre norcoreano que arriesgó la vida para lograr su libertad. Es el símbolo de lo que significa el sueño americano, pero con el rostro de un extranjero que reside en Corea del Sur, un país aliado con valores en común. La dictadura de Corea del Norte recibe un mensaje de que EEUU no mira para otro lado cuando se trata del bienestar del pueblo norcoreano. Queda claro que el problema no son los residentes de Norcorea, sino la dictadura que tortura, apresa y mata de hambre a su población.

Trump mencionó a Puerto Rico (PR) entre las jurisdicciones de EEUU afectadas por desastres naturales a las cuales se les ayudará a recuperarse. Honró a los héroes que sirvieron y ayudaron en los rescates de los perjudicados por estos eventos.

Presentó a una familia en duelo por el homicidio cometido contra sus hijas realizado por la ganga de inmigrantes ilegales MS-13. Además, reconoció a uno de los oficiales encargados de combatir y arrestar a los miembros de esta ganga. Dijo que asignará refuerzos para que la erradiquen. Es un mensaje sobre la importancia de las fuerzas de seguridad y de la vigilancia fronteriza.

El Presidente se caracteriza por homenajear a las fuerzas armadas, a los oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los EEUU (ICE, por sus siglas en inglés) y a todos los oficiales de servicios de seguridad y emergencias. Valora a quienes sirven para mantener el orden en la Nación.

Destacó el logro de derrotar al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en Irak y en Siria. No dejará cabos sueltos o problemas para la seguridad nacional en ninguno de los frentes.

Tampoco permitirá que América pierda en la batalla económica. Celebra que la población negra, hispana y las mujeres se beneficien del desempleo más bajo registrado en la historia de los EEUU. Destacó que compañías japonesas como Toyota y Mazda invertirán en fábricas, al igual que compañías americanas. Esto se debe a la aprobación de la reforma contributiva federal y del éxito del tipo de economía trickle down que fomenta la inversión para la creación de empleos.

El caucus negro y el caucus hispano del Partido Demócrata no aplaudió; tampoco votaron a favor de la Reforma. Sin embargo, las estadísticas del Departamento del Trabajo federal y las acciones del Presidente hablan más que mil aplausos.

Esto no impidió que Trump invitara a trabajar más allá de líneas partidistas para atender asuntos sobre seguridad fronteriza, inmigración, entre otros.

La expresión que más resaltó del mensaje del Presidente es: “…Americans are Dreamers too”. Conectó al sueño americano, ese sueño al que invocan en discursos memorables líderes como Martin Luther King Jr, con el concepto creado para referirse a los inmigrantes ilegales que entraron como niños y adolescentes a los EEUU: Dreamers (Soñadores).

Deja saber que el sueño americano es un sueño compartido por todos los ciudadanos. Contrarresta la política de identidad que suelen usar los demócratas para segregar, clasificar y amarrar votos. No es lo mismo referirse a los Dreamers como los hispanos que inmigraron (ilegalmente) para establecerse en EEUU, que como todos los americanos, una Nación que es casa de inmigrantes de todo el mundo. Por esto vale distinguir al inmigrante ilegal que comete delitos y no se adapta, del inmigrante que realmente sueña con aportar y ser parte de EEUU.

Trump no se niega a negociar con los demócratas la permanencia de los Dreamers, pero no ve con buenos ojos a las gangas, a los criminales, a los terroristas y a otros que inmigran para hacer daño. Es cuestión de sentido común: “Estados Unidos primero” no es solo un eslogan, sino un principio que guía las decisiones del Presidente por el bien de todos los ciudadanos.

El mejor ejemplo de que no se sostiene tildarlo de xenófobo, por deportar a inmigrantes ilegales hispanos que tienen antecedentes penales, es que resalta las sanciones contra funcionarios de la dictadura de Venezuela y denuncia al régimen cubano. La política exterior de EEUU atiende los problemas que enfrentan los ciudadanos de naciones iberoamericanas en los cuales operan dictaduras. También, invita a tener relaciones comerciales justas y recíprocas. México no debe tener problema con un acuerdo bilateral que beneficie a ambos países.

Los inmigrantes ilegales que aportan a la Nación deben presionar a los demócratas para que acepten negociar con el Presidente y los congresistas republicanos una medida que permita que los verdaderos Soñadores se queden. No hay por qué vivir con la pesadilla de aquellos que no se adaptan.

 

 

 

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