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Más allá de un rostro y de una condena

Todoapunta a que en estos días toca escribir sobre Casellas y suveredicto de culpabilidad. Para mí fue difícil encontrar algo en miinterior que me impulsase a escribir sobre esa desgracia. Sinembargo, en mi mirada no dejaba de reflejarse el rostro de este señoren la prensa, el día de su veredicto. Un rostro que hizo detener misvítores ante el logro de la justicia para la esposa asesinada. Unamirada que decía y no decía. Cada cualpodrá interpretar lo que vio en este rostro, pero a mí me hallevado a una profunda reflexión sobre lo que una sociedad puedeproducir cuando se va lacerando el sentido de lo que es la dignidad yel valor por la vida.

Todosperdemos con este crimen y esta historia, que refleja de una maneradistinta lo que venimos encontrando en otras muertes, en otrosmatices de corrupción, violencia, atentados contra la naturaleza,olvido de los más pobres, crímenes de cuello blanco. Lo que aquíqueda reflejado, una vez más, es que el principio, el valoruniversal del respeto a la dignidad de todo ser vivo sigueabandonando la ética de nuestro pueblo, de nuestras familias.

Elllamado no es solo a celebrar el triunfo por la condena de Casellas.Me pregunto si con esa condena nos libramos del culto a lo violento,a las armas, del culto a la mentira, del culto al yo,por encima del nosotros. El llamado es a evaluarnos comosociedad, como personas. Repensar de que formas tú, yo y el otroatentamos a diario contra la vida en cualquiera de susmanifestaciones. Esa indiferencia ante la dignidad de las personasque se va colando en las relaciones, las negociaciones, interaccioneshumanas. Cómo permitimos que los intereses propios, los que sean, puedan más que el bien de los que nos rodean. Las mil y una formasdel egocentrismo crónico donde ya descaradamente se mata, se roba,se miente, y se lacera la dignidad de otro, y ni nos inmutamos. Estecrimen hay que denunciarlo y condenarlo para que no se repita, asícomo no debemos aceptar ningún otro de los muchos que a diario seviven en nuestro país. Las mentiras que forman parte de estahistoria no pueden ser aceptadas, al igual que las muchas mentiras,fraudes, trastadas, que se han ido haciendo parte de lo cotidiano.

Enestos días hemos estado en una Convivencia de Crecimiento Personal con cerca de veinte familias de jóvenes de la escuela alternativa delos Centros Sor Isolina Ferré. Hemos escuchado muchas historiasdolorosas, hemos tocado heridas que han llevado a acciones erradas.Pero sobre todo, hemos presenciado el deseo profundo que tienenuestra gente de poder vivir de manera auténtica, de vivir el bien yla verdad en medio de este mundo donde el rostro de Casellas nos dejaver el desequilibrio que ronda la sociedad y amenaza con llevarnos aseguir perdiendo vidas. Ese desequilibrio es lo que verdaderamentedebemos combatir si queremos regenerar el tejido social de nuestropaís.

Quiendijo que todo está perdido, dice unacanción que tanto me inspira. El pasado fin de semana miles cantabanen las calles de San Sebastián en un ambiente de sana convivencia.Ese fin de semana nosotros también bailábamos,pero la danza de la vida con hombres, mujeres y jóvenes que redescubrieron su esencia humana y se abrieron a nuevos horizontes.Familias que se reconciliaron y que descubrieron como hay que buscaren el interior la esencia humana de donde brota la conciencia, laidentidad, lo verdadero de la persona. Yo me quedo con la esperanzade que esta experiencia servirá para que másparejas, familias, y personas se redescubran y se planteennuevas formas de existir desde el amor y el respeto sagrado a lavida.

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