Permítanme que reabra este blog, dormido durante un receso de varios meses, contándoles una anécdota. O quizás son dos.
Al inicio de los años treinta del siglo pasado, Miguel de Unamuno utilizó la frase “decíamos ayer” al regresar a su cátedra en la Universidad de Salamanca tras varios años de exilio forzado. No era una frase suya, ni él tuvo intención de apropiársela, aunque muchos se la atribuyen.
En realidad, fue Fray Luis de León quien, cuatro siglos antes y en circunstancias parecidas, reanudó su cátedra en la misma Universidad de Salamanca usando la frase. En su caso, no había estado en el exilio sino preso por la Inquisición durante cinco años.
Lo que ambos pretendían, a mi entender, era consignar que volvían incólumes, con las mismas ideas y la misma voluntad que el enemigo no había sido capaz de doblegar.
No se preocupen mis lectores, que no busco parecerme a tan insignes personajes de las letras. Más aún, mi ausencia de este espacio (voluntaria y nada reseñable) ni siquiera ha llegado al año.
Pero, aquí vamos.
En las anteriores entradas a este blog les hablaba de la crisis fiscal y planteaba que la situación la crearon nuestros gobernantes por la irresponsabilidad de sus actos, pero en gran medida por nuestra culpa. Nosotros los elegimos.
Hace casi un año no lo decíamos con los mismos nombres propios, pero lo cierto es que los candidatos que aspiran a la gobernación en las elecciones de noviembre próximo ofrecen prácticamente lo mismo que los anteriores y nosotros, tan contentos que vamos a votar por alguno de ellos.
La novedad es que hay dos mujeres candidatas a la gobernación, una de las cuales –la independentista María de Lourdes Santiago—es la única del grupo que ha ocupado un cargo público electivo. Ha sido senadora por el Partido Independentista Puertorriqueño desde enero de 2005.
Los candidatos de las encuestas, el popular David Bernier y el novoprogresista Ricardo Rosselló, carecen de experiencia electoral, más allá de haber ganado una primaria interna, que es el caso del segundo. Bernier ni siquiera tuvo que ir a primarias para obtener la nominación de su partido.
Rafael Bernabe repite (el Partido del Pueblo Trabajador lo postuló también en 2012) y Manuel Cidre y Alexandra Lúgaro aspiran como independientes.
Si todo sale como siempre, el ganador estará entre Rosselló y Bernier. Y, no importa cuál de los dos gane, gobernará la Junta de Supervisión Fiscal, que no aparece en la papeleta.
Hemos visto hasta ahora algunas propuestas sueltas de estos dos candidatos, pero me da la impresión de que ninguno de ellos ha ajustado sus estrategias a la realidad que se nos viene encima, que la Junta Fiscal tendrá la última palabra.
En resumen, la nueva realidad de nuestro País tiene que cambiar la mentalidad repetitiva y cansina de nuestros políticos, que están obligados a plantear ideas nuevas, estrategias novedosas de crecimiento económico y, sobre todo, a planificar una estructura de gobierno más eficiente y menos costosa, sin sacrificar servicios esenciales a la ciudadanía.
El País no debería exigirles menos y, ciertamente, la Junta Fiscal no les aceptará otra cosa.
Que no tengamos que seguir diciendo mañana lo mismo que decíamos ayer, y anteayer.