Jonathan ‘Bomba’ González es el mejor ejemplo de un atleta que no espera hasta el final de su carrera para empezar a pensar en otras alternativas de vida.
El peleador cagüeño de 30 años está clasificado cuarto por la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en las 108 libras, y acaba de mejorar su marca a 24-3-1 y 14 nocauts cuando, el viernes 21 de mayo, en Tampa, noqueó técnicamente en el cuarto asalto al mexicano Armando Torres (26-19 y 19), tercer clasificado por el CMB, para retener su cetro regional de la NABO, avalado por la OMB.
Ligado a la empresa All Star Boxing de Miami, dirigida por el cubano-boricua Félix ‘Tutico’ Zabala, Bomba tiene ahora buenas opciones de disputar próximamente el cetro mundial, o de por lo menos ir a una eliminatoria.

Sería su segunda pelea de título mundial: el 24 de agosto de 2019, el habilidoso peleador zurdo cayó en siete asaltos ante Kosei Tanaka al disputar el cetro mosca de la OMB en Japón, antes de decidir bajar a las 108 libras.
Es decir, Bomba, medallista de oro como peso mosca en los Juegos Centroamericanos de Mayagüez en 2010, quien entrena en el gimnasio Cheo Aponte con su padre, Luis González, debe estar todavía en la plenitud de su carrera profesional.
Pero eso no evita que lleve ya bastante tiempo preparándose para un futuro más allá del deporte.
“Yo estudié para ‘croupier’ y estuve cuatro años trabajando ‘fulltime’ en el casino del hotel La Concha”, dijo.

“Así que si pasara algo, ya tengo esa experiencia y pudiera volver a trabajar en un casino”.
Pero el año pasado, Bomba renunció a su empleo, para trabajar por su cuenta e inició la empresa Bomba Distributors.
“Al principio era para distribuir productos relacionados con el COVID 19”, dijo. “Mascarillas, alcohol, sanitzers…”.
“Pero ahora lo estoy diversificando, y también estoy distribuyendo cargadores y ‘covers’ para los celulares, así como otros productos”.
Ese segundo aspecto está relacionado con su nueva inversión: Cellular City, una tienda para la venta y reparación de celulares.
El negocio se encuentra frente al edificio del Fondo de Caguas, en la Avenida Luis Muñoz Marín.

“Es un negocio que lleva siete años de establecido, pero el dueño habló conmigo, me dijo que quería venderlo porque estaba cansado, y yo le compré el nombre y la llave”, explicó. “El primero de junio se cumplieron dos meses de eso”.
“Yo no sabía nada de celulares ni de reparación de celulares, pero con la ayuda de unos empleados que se quedaron en la tienda, ya he ido aprendiendo”, agregó. “Ya sé lo que es arreglar una pantalla”.
“La tienda tenía sus números antes, pero no como ahora”, dijo. “Y yo me paso todo el tiempo trayendo cosas nuevas, porque tengo contactos con muchos distribuidores y traigo productos hasta de China”.
Pero Bomba no es de los que se queda complacido con el éxito presente.
“Estoy pensando comprar otra tienda de celulares, también en Caguas, pero con un nombre diferente, aunque esto todavía no está decidido”, dijo.
Como sea, aunque luego del boxeo, Bomba se mantendrá siempre en la pelea.


El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
(ceuyoyi@hotmail.com).
En twitter, Ceuyoyi, En Facebook, Jorge L. Prez