Blogs: Golpes bajos

Deportes

Golpes bajos

Por
💬

Reclamo de justicia de Wilfredo Rivera





Los mexicanos tienen el caso de José Luis Castillo, a quien muchos – excepto los jueces- vieron ganar en su primera pelea con Floyd Mayweather, Jr. en 2002.
Los argentinos tienen a Marcos Maidana, a quien también muchos vieron ganar en su primera pelea con el Money Man, celebrada en 2014.
En ambos casos se produjeron revanchas inmediatas para subsanar la controversia, y en ambos casos Mayweather ganó estas con relativa comodidad.
En Puerto Rico hay dos casos de estos.
El primero fue muy distinto: en abril de 1988, al retar Miguel ‘Zorro’ Santana por el cetro ligero de la FIB en Tacoma, Washington al ídolo local Greg Haugen, primeramente fue declarado vencedor y nuevo monarca cuando el combate fue detenido en el undécimo asalto por una herida sufrida por Haugen en una etapa anterior del combate.

Wilfredo intercambia izquierdas con Whitaker.

 


Pero una media hora después, cuando Santana llevaba a cabo su conferencia de prensa, los oficiales de la comisión local acudieron a decirle que se había determinado que la herida había sido producida por un cabezazo accidental, que había que ir a las tarjetas para determinar quién era el ganador y que, luego de hecho esto, se determinó que Haugen había retenido su campeonato.
En esta ocasión no hubo revancha, inmediata ni nunca.
Pero el caso más parecido al de Castillo y de Maidana fue el de Wilfredo Rivera, quien el 12 de abril de 1996, en la Isla de San Martín, cuando tenía marca de 23-0-1 y 14 nocauts, perdió por decisión dividida (113-115, 111-116 y 115-112) ante Pernell Whitaker (37-1-1 y 16) al disputar el cetro welter del CMB.
Harold Lederman, de HBO, vio ganar al boricua, quien era el primer retador y estaba desfavorecido 5-2 en las apuestas, 115-113.
Rivera también tuvo ventaja 193-187 en golpes conectados a la vez que Whitaker alegó que su pobre demostración se debió a un resfriado.
El boricua fue recibido en la Isla en medio de ovaciones, siendo proclamado como un campeón sin corona.

Whitaker cae en el segundo combate.

 

Movido por la controversia generada por la pelea, el CMB ordenó la revancha inmediata, celebrada el 20 de septiembre en Miami, y en esta Whitaker, quien representaba para su época lo mismo que Mayweather para la suya, de nuevo recibió el visto bueno en otra decisión cerrada y controvertida (113-112, 115-113 y 115-111).
Esta vez ambos se propinaron caídas -Whitaker cayó en el quinto y Rivera en el sexto, donde también le quitaron un punto por un golpe bajo-, pero Whitaker, que sufrió otras dos caídas a la lona que no fueron contadas como tales por el árbitro Frank Santore, Jr., esta vez
tuvo ventaja 266-201 en golpes conectados y Lederman le vio ganar 116-109.
A fin de cuentas, si tan solo hubieran contado una caída adicional a Whitaker, el resultado hubiese sido un empate.
Hoy en día con 51 años de edad, Wilfredo, quien se retiró en 2005 con marca de 35-7-1 y 21 nocauts y nunca conquistó un cetro mundial, es un hombre profundamente religioso que opera un gimnasio de boxeo en Bayamón.

Wilfredo Rivera en la actualidad.


Pero no ha olvidado las injusticias que cree haber sufrido en su carrera boxística, particularmente aquella primera pelea con Whitaker donde está seguro de que mereció la victoria y el campeonato frente al otrora campeón olímpico y futuro miembro del Salón de la Fama del Boxeo Internacional, fallecido el año pasado a la edad de 55 años.
Por consiguiente, hace poco le envió una carta al respecto a Mauricio Sulaimán, presidente del CMB, e hijo del fenecido José Sulaimán, quien había sido el presidente cuando él peleó con Whitaker.
“En abril y septiembre de 1996 fui despojado de dos legítimas victorias por el título mundial welter de su organismo CMB, frente al ex campeón olímpico y mundial Pernell “Sweet Pea” Whitaker (R.I.P.)”, escribió.
“Con los años, a otros boxeadores les han reconocido como campeones mundiales cuando se ha reconsiderado que la decisión no fue justa y la gran mayoría de los fanáticos así lo sabe y lo apoyan”.

 


“Esperanzado en esa misma línea de justicia, espero que usted, actual presidente, haciendo honor a su padre, don José Sulaimán Chagnón (que en paz descansa, amén), y a una de las patrias que más fanáticos tiene, México, reconsidere mi petición y me haga entrega del Cinturón Verde y Oro, que me fue robado en esas dos polémicas decisiones”.
“La primera fue en abril del 1996 en la isla de San Martín, donde no había comisión de boxeo (según supe), y los promotores, manejadores y el entrenador del campeón, la familia Duva, organizaron e improvisaron una “Comisión” y lograron que dos de los tres jueces votaran a favor de su protegido, aún cuando la juez Barbara Pérez y la inmensa mayoría de la fanaticada en la arena y millones de fanáticos que la vieron por la cadena HBO. por todo el planeta, quedaron indignados con tal decisión a favor de Whitaker”.

 


“Para colmo, en la revancha, (que fue presionada por este servidor y millones de fanáticos alrededor del mundo), la familia Duva volvió a hacer de las suyas al cambiar dos de los tres jueces que su organismo nombró, y hasta el referí Frank Santore actuó y trabajó siempre a favor del protegido de los promotores, al no contarle dos de las tres caídas que limpiamente le propiné y que me hubieran dado la victoria por más de tres puntos y no por uno, en las tres tarjetas de los jueces, a favor del exolímpico que terminó con un ojo casi cerrado”, agregó.
“Yo no busco los millones que hubiera llegado al ganar con esa legítima victoria. Yo solo busco justicia para mi corazón, mi familia, amigos y toda la fanaticada que todavía apoya el boxeo y que continúa esperanzada en que el boxeo deje las peleas cuasi arregladas convirtiéndose en un deporte justo y razonable para todos”.
“Tengo varias alternativas que quisiera compartir si me brindan la oportunidad de aportar con mi experiencia e ideas que transformarían nuestro deporte en uno limpio, menos peligroso y arrastraría a millones de fanáticos a nivel mundial”, agregó.
“¡Sé que Dios pondrá más bendiciones en sus corazones y harán honor a la verdad!”


El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
(ceuyoyi@hotmail.com).
En twitter, Ceuyoyi, En Facebook, Jorge L. Prez

💬Ver comentarios