Tal vez sea porque finalmente han comenzado a surtir efecto el éxito reciente del béisbol de Puerto Rico en los Juegos Centroamericanos y Panamericanos así como en el Clásico Mundial, pero lo cierto es que este año se ha notado una diferencia de actitud como antesala del comienzo de la liga invernal.
“Se respira un ambiente de mucho entusiasmo para esta temporada”, dijo recientemente el presidente de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente, Juan Antonio Flores Galarza, durante la conferencia de prensa oficial del organismo previo a la temporada que comenzará el 15 de noviembre.
“En los ‘focus groups’ que hicimos para detectar el sentir de los fanáticos, nuestro Talón de Aquiles, según nos dijeron, era que aunque la información fluía bien durante la temporada, en la temporada muerta desaparecíamos”, explicó.

El árbitro boricua de grandes ligas, Roberto Ortiz, trabajará en el torneo.

“Pero no ha sido así este año, porque todos los equipos han estado muy activos en las redes sociales dٞándole información a la fanaticada”.
Y la información ha sido mayormente positiva, destacándose la adición de una nueva franquicia -los Atenienses de Manatí-, los acuerdos contraídos -hasta el momento- por dos equipos, los subcampeones Indios de Mayagüez y los campeones Cangrejeros de Santurce, para transmitir todos sus juegos locales por WIPR en lo que representa el regreso masivo del béisbol invernal a la televisión, y la innovación anunciada por los Criollos de Caguas al crear su propio canal de YouTube para transmitir también todos sus juegos locales.
Pero tal vez se nota aún más en la calidad de los refuerzos que los equipos han venido reclutando: cuando en las campañas más recientes la norma era que estos fueran predominantemente jugadores de ligas independientes, este año, tal vez debido a que algunos equipos han pactado acuerdos de trabajo con organizaciones de Grandes Ligas, que son las que estas les suplen a varios de sus jugadores y les pagan sus salarios, y tal vez también a que la Liga de Venezuela quedó bloqueada por MLB para los jugadores del béisbol organizado, estarٞán viniendo jugadores de Doble A, Triple A y -en el caso de Sam Travis, de los Medias Rojas, quien jugará con Caguas- peloteros de Grandes Ligas.

“Esto es muy positivo, porque quiere decir que las organizaciones de Grandes Ligas estٞán volviendo a tenerle confianza a este béisbol”, dijo Flores Galarza.
Uno de los casos más intrigantes lo es el inicialista y jardinero Takahiro Okada, uno de los tres jugadores suplidos por los Orix Buffaloes a los Atenienses de Manatí.
“Okada puede convertirse en una sensación en esta temporada”, dijo el gerente general de los manatieños, Frankie Thon. “Es un joven veterano de 30 años con experiencia de más de 10 años en las grandes ligas de Japón, donde ha sido una estrella, promediando entre 25 y 30 jonrones por temporada y llegando a ser incluso el campeän en cuasdrangulares”.
Bateador zurdo y de 6’1” de estatura, Okada, de hecho, ha conectado 174 cuadrangulares con .260 de promedio en su carrera de 10 años en Japón, todos con los Buffaloes.
“Pero viene de tener un mal año (.120 en apenas 56 turnos) porque estuvo lesionado, y el equipo lo está mandando aquí para que vuelva a coger el ritmo”, dijo Thon.

“Lo que me sorprendiٕó es que el equipo me pidió permiso enviar un ‘crew’ de televisión para estar con él”, agregó. “Los equipos japoneses por lo regular mandan un traductor y a veces un ‘coach’ con sus jugadores, pero Okada tiene que ser verdaderamente una estrella allá si van a incurrir en todos esos gastos adicionales”.
Finalmente, Carlos Berroa, Director de Torneo de la Liga, informó que el joven árbitro cagüeño Roberto Ortiz, el único árbitro boricua en Grandes Ligas, accedió a trabajar en esta temporada.
“El va a estar aquí a partir del 15 de diciembre”, dijo Berroa. “Me dijo que no podía venir antes porque tenia unas vacaciones ya planificadas, pero yo le dije que para nosotros era bueno no importa cuٞándo viniera”.
Claro, queda por verse si toda esta atmósfera de positivismo queda traducida en un incremento significativo en la cantidad de personas que asistan a los parques en una temporada que cuenta con el aliciente adicional de que culminará con la celebración, aquí, de la Serie del Caribe.

El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad y de la novela El último kamikaze, ganadora del certamen del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2016.
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