Diez nombres que en gran medida aún retumban en el grato recuerdo de los que empezamos a seguir el béisbol con bastante apasionamiento en los años setenta integran la lista de aspirantes a ser seleccionados al Salón de la Fama de Cooperstown por la vía de lo que antes de conocía como el Comité de Veteranos.
En efecto, el presidente de la Asociación de Peloteros Marvin Miller, bajo cuyo mandato el béisbol quedó transformado para siempre al abrirse a la agencia libre, y los peloteros Dale Murphy, Don Mattingly, Tommy John, Steve Garvey, Alan Trammell, Dave Parker, Ted Simmons, Jack Morris y el exlanzador cubano Luis Tiant, actualmente están bajo la evaluación de un comité de 16 miembros que debe decidir si merecen entrar a Cooperstown ahora, luego de no haber logrado hacerlo durante el proceso regular de 15 años al que se sometieron al no lograr conseguir entonces el mínimo de 75% de los votos de parte de los cientos de miembros de la Asociación de Cronistas del Béisbol.
Ahora también deben recibir el 75% de los votos -es decir, deben figurar entre el máximo de cuatro nombres que incluyan en sus listas al menos 12 de los 16 votantes anónimos seleccionados por el Salón de la Fama.
En 1999, según se recordará, fue por medio del Comité de Veteranos que fue seleccionado el boricua Orlando ‘Peruchín’ Cepeda, pero el concepto ha variado bastante desde 2010.

Hasta ese año, el Comité de Veteranos, compuesto en buena parte por miembros del Salón, podía elegir entre jugadores de cualquier época, y no era raro que en un año determinado se escogieran varios jugadores (o no jugadores, fueran estos dirigentes, árbitros o ejecutivos), incluyendo alguno que brillara en las Ligas Negras, o alguno que lo hiciera en el siglo 19, junto con figuras más recientes.
Pero entonces el sistema se subdividió en tres épocas -Pre-integración (1876-1946), la Era Dorada (1947 a 1972) y la Era de Expansión (1973 hasta el presente).
Cada era se turnaba anualmente con las otras dos, de modo que, por ejemplo, los candidatos nominados dentro de la Era de Expansión solo podían ser evaluados cada tres años.
En 2016, el formato se alterٕó otra vez y ahora consta de cuatro eras: Béisbol Histórico (1871-1949), Era Dorada (1950-1969), Béisbol Moderno (1970-1987) y Béisbol de Hoy (1971 hasta el presente).
El grupo del Béisbol Moderno es el que se está evaluando ahora, y solo podrá ser evaluado nuevamente -con algunos de los nominados actuales y otros nuevos- dentro de cuatro años.

Es por esto que la votación de este año resulta sumamente importante debido a que, debido a su edad, varios de los nominados podrían no estar vivos para la próxima.
Casi todos ellos, de paso, han sido considerados anteriormente: Miller, por ejemplo, recibió 11 votos en 2011, un año antes de morir.
Pero tal parece que desde que el sistema se alteró en 2016 la selección se ha hecho cada vez más rigurosa, puesto que no se ha vuelto a seleccionar a ningún veterano desde entonces.
En fin, entre los vivos, el más viejito de todos lo es ‘El Tiante’, quien, unido a Tommy John, son los únicos del grupo cuyas carreras en las Mayores se remontan a principios de los años sesenta, en su caso abarcando desde 1964 hasta 1982.
Jugando mayormente con los Indios de Cleveland y los Medias Rojas de Boston -alcanzando con estos su mayor exposición por sus ejecutorias en la legendaria Serie Mundial de 1975 contra los Rojos de Cincinnati, Tiant fue un gran lanzador en una época en la que, tal vez en detrimento suyo, había unas cantidades industriales de grandes lanzadores: ganó más de 20 juegos cuatro veces, tuvo un récord fantástico de 229-172 (.571 de promedio) y una efectividad de 3.30.

Y ya cuenta con 76 años de edad.
Tal vez su suerte cambie ahora y el próximo año pueda ser exaltado, uniéndose a los otros cuatro que ya se encuentran en Cooperstow: los también lanzadores Martín Dihigo y El Diamante Negro (José Méndez) El Babe Ruth Negro (Cristóbal Torriente) y Tany Pérez, todos ellos, menos Tany, escogidos por alguna versión del Comité de Veteranos.
Entonces solo faltarían, por ahora, Oreste Miñoso y Tony Oliva, quien recibió 11 votos en 2016.

El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y es el autor de San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad. Acaba de publicar su primera novela publicada, El último kamikaze, ganadora del Premio Nacional de Novela del Instituto de Cultura Puertorriqueña.
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