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Frente a frente Juanma y Mayweather

Después de su cómoda victoria del sábado en Las Vegas sobre el argentino Marcos Maidiana gracias a la cual retuvo sus títulos welter del CMB y la AMB y el superwelter del CMB, por la módica suma de $32 millones que de seguro subirá una vez se contabilicen las ventas de ‘pay per view’, Floyd Mayweather dijo, según ESPNDeportes.com:

“Esto ya es trabajo, ya no me emociona, ahora ya es trabajo, podría retirarme hoy, estoy sumamente cómodo”.

Por alguna razón, mientras yo leía esto, la imagen que se me formaba en el cerebro era la de Juanma L?ópez.

Dos días antes, también en Las Vegas, el dos veces ex campeón mundial boricua, de 31 años, sufrió otra devastadora derrota por nocaut, al caer en el segundo asalto frente a un compatriota de Maidana, Jesús Cuéllar, cuando disputó el cetro pluma interino de la AMB.

Fue su segundo revés seguido por nocaut –apenas dos meses antes cayó en el tercer asalto ante Francisco Vargas en la misma ciudad de las apuestas-, pero también fue su tercer nocaut en las últimas cuatro peleas, el cuarto en las últimas siete y el quinto en las últimas siete, para un récord de 34-5 y 31 nocauts.

Prácticamente después de cada uno de esos nocauts, pero en particular después de los tres últimos, cada vez más fanáticos y conocedores de boxeo le han recomendado el retiro.

Y luego de esta última derrota, el coro de los que piensan así añadió a Freddy Trinidad, su entrenador durante sus últimas peleas, quien, además de recomendarle el retiro, dijo que ya no estaría en su esquina si decidiera seguir peleando.

Pero Juanma volvió a mostrarse ambivalente acerca de su futuro, diciendo sencillamente que solo quiere descansar un tiempo y estar con su familia antes de tomar cualquier decisión.

Alguna gente que conozco, y de lo más bien intencionada, ha llegado a sugerir que la Comisión debería retirarle la licencia, por su propio bien y para que deje de recibir más golpes que puedan afectarle por el resto de su vida.

El asunto, según les explico, no es tan sencillo:, la Comisión de Boxeo Profesional es un ente gubernamental, adscrito al Departamento de Recreación y Deportes, y, como tal, se guía por unos reglamentos.

Y la razón primordial para retirarle o no aprobarle la licencia a un boxeaor –aparte de alguna infracción- es que este no pase los exámenes médicos de rigor.

Y con los exámenes médicos del boxeo pasa lo que a veces uno ve pasar con la inspección de automóviles para renovar el marbete: uno ve unos carros que aparentan estar destruidos y resultan estar en perfecto estado –o por lo menos en un estado aceptable- por dentro.

Negarle la licencia a un peleador que pasó los exámenes y que sostiene, con razón, que le están negando la manera en que él se gana la vida y sostiene a su familia, equivale a exponerse a una demanda de las buenas.

Incluso me gusta traer a colación el caso del peso completo de Buffalo, Joe Mesi, a quien, en los exámenes que le hicieron después de colapsar tras una victoria sobre Vassilyi Jirov, le encontraron sangrado en su tejido cerebral y la Comisión de Nueva York se negó a renovarle la licencia por razones médicas.

Pero Mesi, que tenía grandes recursos económicos, demandó tanto a la Comisión como al gobierno estatal neoyorquino y contó en los argumentos judiciales con el testimonio de algunos de los principales neurólogos del país , quienes afirmaron que la lesión había sanado por completo y finalmente hubo una Comisión –la de Puerto Rico, de hecho- que le dio el visto bueno para volver a pelear.

¿Cuál es la mejor opción? Pues convencer a Juanma. ¿Y cuál es la mejor manera de convencer a un hombre de 31 años para que deje el trabajo que ha hecho toda su vida? Pues ayudarle y encaminarle a otro trabajo en el que no arriesgue tanto la vida.

Lo que se me ocurre, como ejemplo, es convencerle de que por lo menos deje el boxeo por un año, para entonces reevaluar si quiere regresar dependiendo de cómo se sienta entonces.

Pero sería dejarlo por completo: “Que ni siquiera lo dejen pasar frente a la puerta de un gimnasio”, como suele decir el veterano entrenador argentino Miguel Díaz.

En fin, al explicar su supuesto hastío con el boxeo, Mayweather dijo: “No sé, ya no estoy loco por este deporte, no he hecho otra cosa más que boxear, nunca he trabajado en mi vida”.

La diferencia es que él puede retirarse cuando quiera y seguir tan campante… y Juanma, no.

El autor formó parte de la redacción deportiva de El Nuevo Día de 1981 a 2008 y publicó recientemente su primer libro, San-Tito, sobre la carrera de Tito Trinidad.

(ceuyoyi@hotmail.com).

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