Blogs: El Internacionalista

Internacionales

El Internacionalista

Por
💬

Nuestro futuro “premisado”

El futuro de Puerto Rico parece un tema recurrente en el debate cotidiano puertorriqueño. Casi siempre, cuando todo está bien no se habla sobre el futuro, sino como continuar y mejorar, pues el futuro es el presente. Tanta preocupación por nuestro futuro sólo puede ser indicativo de que vivimos un presente que no queremos para nuestro futuro.

¿Qué sabes sobre nuestro futuro? Existe el consenso de que nuestro futuro está lleno de retos, de obstáculos, de incertidumbre y desasosiego. Lamentablemente, nos hemos convencidos de que nuestro futuro no es alentador, lo que nos aterra y paraliza.

Como académico y puertorriqueño preocupado por el futuro de Puerto Rico, me he preguntado de qué manera puedo aportar eficientemente a una reflexión sobre nuestro futuro. En este sentido, he decidido presentarles una serie de premisas de las que podemos partir para pensar sobre nuestro futuro. Si no tenemos claro el presente, imposible será que imaginemos los futuros posibles. Si reconocemos unas premisas básicas, se nos hará posible reconocer el futuro al que nos enfrentamos, y estaremos en mejor posición para moldearlo. Entendido esto, vale decir que enfrentamos varias alternativas de futuro, y que las acciones que se tomemos en Puerto Rico y los Estados Unidos perfilarán ese futuro.

  1. Nuestro futuro no depende sólo de los puertorriqueños, sino de los Estados Unidos también. Dice el refrán que hacen falta dos para bailar tango, y por más que nos incomode esta realidad, los puertorriqueños no somos dueño de nuestro futuro. Esto es importante para contrarrestar el mensaje ilusorio de que nuestro futuro depende de nosotros exclusivamente.
  2. Existe un consenso en el país sobre todos los males que nos aquejan, y somos expertos en enumerarlos y describirlos: corrupción, criminalidad, violencia, desempleo, pobreza, emigración, medioambiente, salud, educación, etc… Cada una de ellas son un síntoma de una enfermedad que tratamos por separado para aliviar, pero no curar. Al mismo tiempo somo incapaces de lograr un consenso sobre el diagnóstico de la enfermedad que debemos curar. ¿Nuestro esfuerzo, debe ir dirigido a curar la enfermedad o paliar los síntomas? Si no hay un consenso sobre cuál es la enfermedad, ¿cómo vamos a curar? Tengo muy claro que la enfermedad que pone en peligro nuestro futuro es el colonialismo, cuya cura sólo puede ser la descolonización. Estoy seguro de que alguien debe estar pensando que muchos de los síntomas que sufrimos lo sufren también otros países que son soberanos, y es verdad que se pueden ver los mismos síntomas en diferentes enfermedades. No obstante, visto de una forma holística, el caso de Puerto Rico refleja síntomas de la enfermedad del colonialismo. Si luego de descolonizados, y siendo soberano, algunos síntomas continúan, serán por otras enfermedades.
  3. El colonialismo es una amenaza para el futuro de Puerto Rico. Puerto Rico no podrá alcanzar la prosperidad y su desarrollo bajo un régimen colonial.
  4. Puerto Rico no es una democracia. Por definición, las colonia no son democráticas, y, a pesar de sus imperfecciones, hasta el momento no hay mejor modelo para lograr un futuro próspero que la democracia. No dudo que la mayoría de los puertorriqueños valoran la democracia, pero tenemos que ser consecuentes. Si creemos en la democracia, debemos aspirarla, construirla y demandarla. El padre de la democracia liberal, John Locke, definió la democracia como el gobierno con el consentimiento de los gobernados. ¿Quién gobierna Puerto Rico? En Puerto Rico elegimos cada cuatro años, y no de una forma ejemplar, un gobierno que NO nos gobierna. El gobierno de los Estados Unidos impone sus leyes a los puertorriqueños sin su consentimiento, lo que impide que seamos una democracia. ¿Si no somos una democracia, qué somos? ¿Una dictadura? NO, somo una colonia. No podemos esperar un futuro alentador sin democracia.
  5. La descolonización es urgente y no puede esperar. Si de algo estamos seguros todos es que la situación en Puerto Rico empeorará durante los próximos años. En este sentido, y de cara al futuro, los puertorriqueños enfrentamos dos opciones: la certeza del desastre, si nada cambia, o la oportunidad de la incertidumbre si se logra terminar con el régimen colonial. El estadista británico Winston Churchill dijo una vez, un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad. Cada uno de nosotros debemos elegir del lado en el que estamos, ¿del optimismo o del pesimismo?  
  6. Esperar a descolonizar las mentes del pueblo antes de descolonizar al país es perpetuar el colonialismo y la crisis en Puerto Rico. ¿Es más fácil descolonizar las mentes antes o después de la descolonización? ¿Todo país que se descolonizó, descolonizó antes sus ciudadanos? La experiencia histórica nos enseña que la descolonización de Puerto Rico es necesaria precisamente para descolonizar las mentes de la mayoría de los puertorriqueños. Es injusto que se nos exija lo que a otros pueblos no se les exigió.
  7. Puerto Rico vive no sólo una quiebra financiera y económica, sino que también es política, moral, y social, lo que he llamado una quiebra colonial. Se trata de la quiebra de un sistema colonial.
  8. La anexión de Puerto Rico a los Estados Unidos no está disponible. Aclaro que no creo en la anexión de Puerto Rico a los Estados Unidos por motivos culturales y económicos. No voy a entrar a desmerecer esta opción de status pues los que la defienden la descalifican muy bien. Solo refiero lo que entiendo es el estudio más serio e imparcial que se ha realizado sobre las consecuencias de la estadidad para Puerto Rico y los EEUU; el informe del General Acounting Office (GAO) de 2014. Además, tengan presente lo siguiente; Puerto Rico es legalmente un territorio no incorporado de los Estados Unidos. Nunca un territorio no incorporado de los EEUU se ha convertido en un estado de la unión, y nunca un territorio no incorporado se ha convertido en incorporado y luego en estado de la unión. Históricamente, los EEUU han descolonizado los territorios no incorporados mediante la independencia o la libre asociación.
  9. El ELA no puede ser el futuro pues es el presente que queremos evitar. Se trata de un modelo que para algunos pudo servir en otra época, pero hoy es anacrónico y caduco. Me apenan grademente ver a aquellos que se empeñan en mantener vigente esta opción, aparentemente “desarrollada o mejorada”, pero puedo asegurar que no es una opción de futuro, y los que insistan se auto condenarán al olvido e la irrelevancia.
  10. La independencia es un derecho inalienable de toda nación, y en este sentido es una opción válida que presenta una oportunidad si se hace bien. Lamentablemente, los EEUU no parece muy inclinado a ofrecerla y los puertorriqueños de apoyarla masivamente, dado la persecución y la demonización que ha sufrido por más de un siglo.
  11. Históricamente estas tres opciones de futuro, cada una de ellas, desea ganar e imponerse a las demás, como si se tratara de un deporte en el que unos ganan y otros pierden. Así no se puede construir un futuro de unidad como el que necesitamos. Las tres, una más que otra, carecen de una visión de futuro que permita enamorar a los puertorriqueños. No tienen una idea clara de qué hacer una vez se impongan a las demás, y esto resulta lo más preocupante: han convertido su fórmula de estatus en el objetivo, cuando debiera ser la herramienta para alcanzar el objetivo. ¿Cuál es el gran objetivo al que debemos aspirar como pueblo? Una vez tengamos clara la respuesta, es más sencillo ver el camino que debemos tomar.
  12. Los partidos políticos tradicionales y menos tradicionales son incapaces de ofrecer las respuestas que necesita el país, y son incapaces de ofrecer una ruta para terminar con el colonialismo en Puerto Rico. Viven del eterno debate del estatus, y lo utilizan para seguir siendo electos y ganarse la vida. Por lógica simple, evitan resolver el problema del que viven, pues si lo resuelven ya no tendrán de qué vivir y no sabrán cómo pagar sus cuentas.
  13. Si nuestro futuro depende de la respuesta que nuestra clase política pueda dar, ya nos podemos imaginar que el futuro se parecerá al presente. No podemos esperar nada de la mayoría de nuestra clase política, lo que nos lleva a la conclusión de que nuestro futuro depende de la sociedad civil, como en las democracias. Debemos retar y derrumbar el secuestro y monopolio de la política puertorriqueña colonial sobre nuestro futuro.
  14. ¿Entonces, no hay cura para nuestra enfermedad? La Libre Asociación, o como le llamo, la cuarta vía. He llegado hasta aquí de forma racional y no emocional. Es una opción reconocida por el derecho internacional, y el país que más experiencia tiene en este tipo de relación es los EEUU. Las últimas tres veces que los EEUU descolonizó fue mediante la Libre Asociación. Es la opción verdaderamente disponible y viable, y la única que puede salvaguardar lo más importante de las tres alternativas de estatus, permitiendo que ganemos todos. Es un punto de encuentro entre los puertorriqueños, y una oportunidad para regenerar a Puerto Rico. Si lo hacemos bien, norteamericanos y puertorriqueños podremos lograr un futuro próspero de justicia social para todos. Aclaro, la Libre Asociación no es un tipo de independencia; la Libre Asociación y la independencia son dos tipos de soberanía.
  15. ¿Por qué los Estados Unidos no ha propuesto la Libre Asociación? Porque no tiene un interlocutor con el que negociar el fin del colonialismo en Puerto Rico. Estoy convencido que los Estados Unidos podría estar dispuesto a una salida negociada de la condición colonial si se salvaguardan sus intereses y se puede ofrecer una visión de futuro para Puerto Rico. El objetivo no es la soberanía en sí, sino un país democrático, productivo y seguro, que nos permita la alcanzar la justicia social.

Le felicito si usted está de acuerdo con las mayoría de las premisas expuestas. Bienvenido al grupo de los optimistas que vislumbran un futuro como lo imaginamos.

💬Ver comentarios