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La caída de Rosselló

La controversia jurídica sobre la asunción de Pedro Pierluisi a la gobernación le quitó espacio a la celebración del pueblo de Puerto Rico por haber logrado la renuncia de un gobernador que avergonzó a los puertorriqueños.

En la práctica, Puerto Rico amaneció hoy con un gobernador interino, sujeto a ratificación por el Senado el lunes en la tarde. No habrá tiempo seguramente para decidir la constitucionalidad de la asunción a la gobernación de un designado secretario de Estado que juró solo con el visto bueno de la Cámara de Representantes, sin haber recibido el consentimiento del Senado.

Pierluisi asumió la gobernación a base de una ley que parece contradecir la Constitución de Puerto Rico. Su juramentación ha prolongado la crisis política y constitucional.

El lunes, en el Senado, estará en pleno apogeo no solo la lucha por la gobernación, sino también por el control del partido de gobierno. El presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, ha pronosticado que Pierluisi será derrotado, por lo que Puerto Rico puede tener, esa misma tarde, como gobernadora a la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez Garced.

El pasado jueves, participé en la primera parte de un foro del grupo de estudio Diálogo Interamericano.

De cara a esa presentación, preparé unos apuntes, que – para lo que pueda servir-, publico aquí:

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Solo hay que ver las imágenes de los últimos días para reconocer el momento histórico que ha vivido Puerto Rico.

Cientos de miles de personas se lanzaron a las calles. Hubo protestas diarias a partir del 10 de julio, para decir no más a la corrupción, a la insensibilidad y el abuso del gobierno.

Ricardo Rosselló avergonzó a Puerto Rico y a los puertorriqueños alrededor del mundo.

Hubo un grito de indignación En el día número 15 de las protestas, tuvo que aceptar que no había otro camino que entregar su puesto.

Todavía, increíblemente, hay confusión sobre quien le sustituirá.

Puerto Rico es una colonia de Estados Unidos desde 1898.

La ley Promesa, si alguien tenía duda, lo corroboró, al imponer una junta no electa que controla el presupuesto y las decisiones financieras del gobierno de Puerto Rico, mientras busca reducir la deuda pública a través de un proceso judicial de bancarrota exclusivo para un territorio.

La crisis fiscal y de deuda, junto a las medidas de austeridad que han impuesto la junta y el gobierno, ya eran lo suficientemente grave. Pero, el huracán María magnificó todo el problema. Generó una crisis humanitaria. Más de $100,000 millones en daños, alrededor de 3,000 muertos.

El gobierno de Puerto Rico no tuvo capacidad para manejar la catástrofe. El gobierno federal, con un líder que ha mirado a Puerto Rico con desdén, dio una respuesta lenta e ineficiente.

El desastre de María dejó, además, un sentimiento entre los puertorriqueños de la Isla que en los momentos de mayor emergencia son ellos mismos lo que tenían que salir a despejar el camino, a resolver la crisis por sí mismos.

Todos esos factores, junto a la corrupción y el partidismo que han infestado la administración pública por décadas, estaban presentes este verano puertorriqueño, que ha revelado un pueblo de Puerto Rico militante, hastiado de la corrupción, la política barata… listo y decidido a defender su dignidad.

Todo comenzó el 9 de julio con la publicación de un extracto del chat de Telegram del gobernador Rosselló y su ‘equipo de comunicación’, en el que se burlaban principalmente del presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, quien ahora puede tener en sus manos la confirmación de Pedro Pierluisi.

Pero, la mecha fue encendida por los arrestos el 10 de julio, que incluyeron a la ex secretaria de Educación Julia Keleher y la ex directora de la Administración de Seguros de Salud (ASES) Ángela Ávila, y la develación de un esquema de corrupción que se calcula en $15 millones. Esa misma noche, unos pocos manifestantes fueron a La Fortaleza a protestar, a decir “no más” a la corrupción y al abuso.

Al día siguiente, se filtró la parte del chat en la que el gobernador Rosselló llama puta a la ex presidenta del Concejo Municipal de Nueva York Melissa Mark Viverito. Las protestas crecieron. El gobernador Rosselló que andaba de vacaciones en Francia regresó de emergencia.

Le esperaban protestas en el aeropuerto y La Fortaleza. Celebró una conferencia de prensa esa misma noche en la que pareció creer que con pedir perdón y advertir que tenía el defecto de hablar malo en privado, se apagaría el fuego.

Pero, la llama apenas comenzaba a coger fuerza.

El sábado 13 de julio, el Centro de Periodismo Investigativo (CPI) publicó las 889 páginas del chat de Telegram que encabezó Rosselló. Puerto Rico quedó atónito con lo que se decía ahí.  Ese chat contiene expresiones ofensivas hacia las mujeres, los homosexuales, personas obesas, amenazas en contra de la oposición política, un desprecio desagradable hacia periodistas, mofas a personas muertas. En fin burlas en contra de amplios sectores de la sociedad puertorriqueña.

Pasadas unas horas de la publicación de todo el chat, era evidente que llegaba el fin del club de Rosselló.

Digo Club, porque Rosselló y sus principales aliados funcionaron como un pequeño grupo de aliados desde el primer día. Nunca confiaron en los demás altos líderes del PNP, menos aún en el resto de la sociedad. En el chat de Telegram, importante resaltar, todos son hombres.

El chat los delata más preocupados por ganar cada minuto del debate público y aplastar a los de su partido y a la oposición, que en dedicarse a los asuntos de gobierno. En términos de imagen, como gobernador, Rosselló vivió obsesionado.

Las manifestaciones de pueblo se dieron casi todas de forma espontánea.

Pero, las más masivas, tuvieron de protagonistas a los artistas.

A la gran marcha del 17 de julio, que confirmó que le país había perdido la confianza en su gobernador, se unieron artistas como Bad Bunny (Benito Martínez), Residente (René Pérez) y Ricky Martín, Ricky el bueno le dicen ahora. Aquel día el pueblo le pidió la renuncia a Rosselló.

Rosselló se quedó solo. Renunció a la presidencia del PNP y a la reelección. El pueblo respondió con un no me importa. Ese no es el asunto.

Tuvo que darse otra gigantesca manifestación, el 22 de julio  para sacar al gobernante de su fantasía y hacer le ver que no había marcha atrás. Hasta 600,000 personas se cree que pueden haber ido a la concentración protesta de la semana pasada, considerada la más grande en la historia del país.

Los puertorriqueños de la isla no han estado solos. Fueron acompañados por su diáspora en ciudades de EE.UU. y otros países.

La creatividad de los puertorriqueños ha estado en pleno despliegue. Las protestas han incluido cacerolazos, manifestaciones de motociclistas, a caballo, con botes, buzos, bailes, eventos de yoga, y perreo.

Resalto el activismo de los artistas de música urbana, sobre todo Bad Bunny, pues me parece que atraen muchos jóvenes que no han estado entusiasmados con vincularse a los debates políticos. ¿Se convertirán en vigilantes de nuestra clase política? De cara a 2020, si yo fuera político, estaría muy preocupado.

Hay que tener en cuenta que las elecciones de 2016, justo después de la aprobación de la ley Promesa que le arrebató al gobierno de la Isla el poder de decidir su presupuesto y diseñar la estrategia fiscal, reflejaron una mayor desafiliación de los puertorriqueños. Rosselló ganó en 2016 con el 42% de los votos, el porcentaje más bajo de la historia moderna. Candidatos independientes obtuvieron el 17% de los votos, el porcentaje más alto en la historia moderna.

Al plebiscito de 2017 convocado por el gobierno de Rosselló solo fue a las urnas un 23% de los electores, en medio de un boicot de la oposición. Se trató de la participación más baja en un referéndum relacionado al status.

Otra de las interrogantes es si la revolución pacífica de julio pondrá en la mira a la junta. Uno de los estribillos más coreados durante las últimas tres semanas ha sido, “Ricky Renuncia, y llévate a la junta”.

En Washington, los casos de corrupción y el desgobierno de la administración Rosselló Nevares ya generan nuevas iniciativas de control sobre Puerto Rico.

Como consecuencia inmediata de los arrestos, el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes incluyó en un proyecto que impulsa asignar $12,000 millones en fondos de Medicaid para los próximos años fiscales, lenguaje que ordena auditar el plan de salud del gobierno, que fue parte del esquema de corrupción que provocó algunos de los arrestos del 10 de julio.

FEMA, el 26 de julio, le quitó al gobierno de Puerto Rico el control de los desembolsos para municipios y dependencias del gobierno, el cual le había otorgado en abril.

(Ayer, el Departamento de la Vivienda federal (HUD) anunció la imposición de un monitor federal financiero que controlará y supervisará el uso de los $20,000 millones en fondos del programa de desarrollo comunitario para atender desastres (CDBG-DR), que han sido prometidos a Puerto Rico para su recuperación).

Junto al senador Rick Scott y el congresista Sean Duffy, la comisionada residente en Washington, Jenniffer González, ha revivido la idea de crear el puesto de coordinador federal para controlar el proceso de distribución de los fondos asignados para mitigar el desastre causado por el huracán María.

Como responsable de los asuntos de Puerto Rico en la Cámara baja, el demócrata Raúl Grijalva, presidente del comité de Recursos Naturales, ha indicado que trabaja legislación para revisar la ley Promesa. En su borrador, Grijalva incluye el nombramiento de un coordinador federal para la reconstrucción de Puerto Rico y un oficial de Revitalización para la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), entre otras cosas.

La crisis política y constitucional en Puerto Rico sigue en pleno apogeo.

El Congreso está de receso hasta el 9 de septiembre. Para el gobierno de Puerto Rico, esas son las únicas buenas noticias. Tienen cinco semanas de pausa antes de que los congresistas, como los manifestantes en Puerto Rico, también se pongan creativos.

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