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El gran remplazo

El manifesto de separación racial y odio anti-inmigrante del autor del tiroteo de El Paso, Texas este fín de semana ha sido divulgado. Nos muestra las telarañas de la mente de un joven de 20 años que está tratando de resolver todos los problemas del mundo: cita la inmigración, la llamada “invasión hispana de Texas” (que originalmente fue parte de México y donde se habló español antes de que los anglos invadieran y anexaran el estado), el despilfarro del medio ambiente por las corporaciones (ahí tendría mi solidaridad si no fuera terrorista), y la automatización laboral. Vemos un aparente complejo de mesías que, para salvar al mundo, siente que tiene que terrorizarlo. En su manifesto, el joven de 21 años dijo:

So the next logical step is to decrease the number of people in America using resources. If we can get rid of enough people, then our way of life can become more sustainable.

El próximo paso lógico es disminuir la cantidad de gente en EU que usa recursos … si nos podemos deshacer de suficiente gente, nuestro modo de vida va a ser sostenible“–dice él. Ya que el modo de vida americano no se puede sustentar sin destruir el medio ambiente, el razona que la solución es el genocidio. Y su manifesto es un llamado a otros como él, para que continúen esta labor. Aparte, él ve el ataque como un “incentivo” para que la población de inmigrantes hispanos retorne a sus países, porque “esto removerá la amenaza del bloque de votantes hispanos que va a remplazar la pérdida de millones de baby boomers” (la generación que se está retirando ahora). Primero: no nos hagamos sordos a la declaración de guerra a la estadidad boricua que representa el manifesto. Segundo: aunque a todas voces esta es la ideología del trumpismo, al final el joven terrorista exonera a Trump. El quiere ver a su Poncio Pilato lavándose las manos mientras él y su imaginado ejército completa las crucificciones y ofrece sangre en el altar de sus ideas, sus ismos.

Tengo la impresión de que las personas que más odian a los musulmanes realmente envidian la capacidad del islam de producir tanto caos y violencia porque, en el fondo, secretamente desean poder desatar terrores similares. Los terroristas blancos están aprendiendo de, e imitando a, los islamistas.

Del mismo modo que él dice haberse inspirado en el terrorista de Nueva Zelandia, es importante entender el manifesto como un llamado a ataques futuros que entrecose su propuesto mito cultural de occidente. Ya se ha vuelto tradición entre los terroristas supremacistas blancos (como han hecho los islamistas) esto de invitar a sus admiradores a leer tal o cual libro, o a recordar éste o aquel ataque previo–éste joven invita a sus seguidores a leer El Gran Remplazo, que detalla y documenta los modos en que Europa, sección por sección, está convirtiéndose en un continente de africanos y árabes donde los europeos blancos se sienten cada vez más ajenos a su medio ambiente. Seguramente éste discurso va a seguir siendo parte prominente de la mitología histórica y épica de los supremacistas blancos. Así al expandir su mitología, creen pasar a la historia como profetas del terror. Los vikingos creían que al morir heroicamente iban al Valhala: éste es el Valhala moderno.

En la ideología del gran remplazo, no es prominente la posibilidad de crear relaciones de ventaja mutua que ayuden a prosperar a todos (como supone la doctrina que favorece la globalización). Es: si ustedes ganan, nosotros perdemos, y vice-versa. Hay que ser provincial, construír muros. El odio al otro y la ignorancia sobre su realidad son imposibles de erradicar. La deshumanización del otro queda completada y sellada.

Por todas estas razones, podemos estar seguros de que habrán más tiroteos y ataques masivos de naturaleza racista en los próximos meses y años: habrán personas de escasa salud mental que, al leer El Gran Remplazo y sentirse inspirados por estos profetas modernos del terror, se van a sentir llamados al martirio.

Usar actos de terrorismo para llamar la atención a problemas es algo que que se ha hecho antes, y nunca esto solucionó un problema. Grupos terroristas palestinos lo han estado haciendo por décadas, tanto en pequeños ataques en Israel como en ataques de alto perfil como en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972, pero Palestina todavía no es libre ni independiente. Al contrario, los ataques han provocado una percepción predominante de los árabes como autócratas y terroristas y creado la necesidad de altos niveles de seguridad (y resentimiento) en Israel. Y donde un grupo terrorista ha llegado al poder (como Hamas en Gaza), en lugar de “liberar” a la gente, hemos visto un aumento en la violencia y antipatía en todas direcciones mientras que agitadores clericales musulmanes invitan hasta a los niños al “martirio”.

Una pequeña minoría de terroristas independentistas boricuas también tuvieron períodos de actividad, pero solo lograron que se justificaran las ideologías autoritarias a nivel del estado–la “mano dura” que promete protegernos del desorden. No lograron la independencia, y quizá mataron el ideal porque quedó manchado y conectado a ideologías temidas de extrema izquierda. Y si Puerto Rico se hubiera “liberado” por medio del terrorismo, es triste imaginarse el tipo de gobierno que hubiera sido instituído por la sangre, sin un proceso electoral y democrático.

El terror no es una táctica inteligente ni eficiente para liberar a los pueblos ni para llamar la atención a injusticias–sean esas quejas legítimas o no. El terrorismo es una táctica que desnuda la inmadurez política y personal de los criminales que lo llevan a cabo: es como un niño engreído que grita y rompe los juguetes y los muebles en la casa, pero a la larga los adultos de la casa lo tienen que neutralizar. Sin embargo, hay tácticas de resistencia pacífica (como el boicot) que lograron los derechos civiles en los años 60 en EU y la independencia de India, que es hoy la democracia más grande del mundo.

Debo confesar que me preocupa y entristece también la desmantelación acelerada de las culturas de origen europeo, pero creo que debemos favorecer una combinación de deportaciones, asimilación de inmigrantes y–más importante aún–políticas económicas que no estén basadas en la explotación y que fomenten la prosperidad de los países mas pobres para que sus residentes no quieran emigrar. Es decir, la normalización del FAIR trade en lugar del llamado “free” trade. Pero también hay que entender que el mundo va a seguir dando vueltas y cambiando. Si bien es cierto que el gran remplazo está sucediendo y no es honesto negarlo, lo cierto es que la palestinización de occidente no va a resolverlo. Cuando llegó la barbarie al imperio romano, los godos y vándalos aprendieron latín y se volvieron a la larga españoles y andaluces … y nada, aquí estamos hoy. ¿Quien le teme a los godos y vándalos hoy día?

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