Al Rescate de la Esperanza, que Anda Realenga… y hay que Atraparla

Güelfano —

“Probesita maide, la viejita mía,
hastiá del trabajo, ‘abía sufrío tanto,
que’n un ‘oramala, al moril el día,
se jué con su pena rumbo al camposanto.

Su boca de santa asín sonreía
sonrisas partías que semblaban yanto;
su bista biriosa miraba y no bía
al jijo del alma sumío en quebranto.

¡Ay, maide, qué pena má’ jonda y amalga,
esta soleá pol la que me pieldo!
¡Qué ausiencia la tuya tan negra y tan lalga!

Tengo un rendimiento, estoy tan cansao…
Y aún disen la gente que no te ricueldo…
¿Pa’ que ricoldarte si no te h’olvidao?”

Padre Juan Rivera Viera

Dichoso quien tiene una Madre para reclinarse sobre su hombro, para sentir sus abrazos y escuchar sus palabras amorosas. Quien es huérfano tiene la ausencia de un eslabón en la cadena de la Vida.

Hay qienes quedaron huérfanos siendo niños, han habido seres humanos que no llegaron a conocer a sus madres, por circunstacias especiales. Ausencia.

Carta de Recomendación

Al Señor Propietario del Universo

“Señor: en breve llegará a tu cielo
una tímida y dulce viejecita,
los liríos de los años floreciendo en su pelo
y el rostro sonreido como un margarita.
Es la más hacendosa en la colmena,
donde por todos se ha sacrificado,
y es tan buena, tan buena…….;
tal como el pan que a todos nos has dado”.

José Antonio Dávila Médico poeta

En la gran mayoría de los Casos se llega a ser Madre por un Acto de Amor. Los hijos son producto de una relación amorosa, son las Madres un obsequio que la Naturaleza le ofrece al ser humano. Hay que valorar ese Regalo Especial. Los mimos de las madres dan un aliento indescriptible a quien lo recibe.