Al Rescate de la Esperanza, que Anda Realenga… y hay que Atraparla

Cargó un pesado madero en forma de cruz. El camino era pedregoso y empinado. El sol candente. Fue un largo caminar. Un hombre de Cirene, se acercó cuando ya estaba por llegar y le ayudó. Aquel Cirineo tuvo compasión por quien había tenido compasión por un ciego, un paralítico y una mujer rechazada, para dar unos ejemplos. Quien se compadece de alguien,                                                                                                                                                                                                                                                    alguien, cuando menos esperas, se compadece de ti, te apoya y acompaña.                              .

“Un gesto amable puede alcanzar una herida que solo la compasión puede curar”.

El Monte del Calvario iba a ser el escenario para aquel evento Especial, tres hombres estarían presentes, en tres cruces, en el medio, un joven de 33 años. El mismo que anteriormente había sido recibido con vitores y palmas, el mismo que nació en un pesebre, porque: “no hubo lugar en el Mesón” Tengamos tiempo para dar algo de lo bueno de nosotros a otros. Es la mejor Religión.

Hoy viernes es un día para recordar, para reflexionar una vez más. La muerte de cruz fue para darnos Vida, y muchos no lo han entendido. Hay quien olvida: los despiadados azotes, la corona de espinas, la herida en el costado, la sed, los clavos, el largo camino hacia el Gólgota cruel. 

También olvidamos a la madre que estaba presenciando esa escena, de la cual, el se compadeció y dijo: ‘Mujer, he ahí tu hijo, hijo, he ahí tu madre”. Juan aceptó la encomienda. Es importante tener  quien cuide de nosotros, cuando estamos en necesidad de compañia. He dicho y repito que en Puerto Rico hay mucha gente cuya compañía es la soledad y la soledad no es buena compañía