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Abriendo puertas

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Tercera palabra

“Cuando vio Jesús a su madre y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.”

(Juan 19.26-27)

El Nazareno tuvo memoria de agradecimiento para quien había sido su madre en la vida terrenal. Se apiadó de ella estando en la Cruz, siendo inminente el desenlace de aquel momento, hizo un encargo muy especial. Al discípulo amado, Juan, le encomendó la tarea de cuidar de María, “he ahí tu madre” y a María, “he ahí tu hijo”. Fue un mandato de responsabilidad compartida, cada cual cuidaría uno del otro, cuando El ya no esté por los caminos de la Tierra.

En Puerto Rico muchos abuelos se han hecho cargo de la crianza de sus nietos, incluso, ha habido tíos y tías que han hecho esa labor. Hay casos en que la hermana o hermano mayor han asumido la responsabilidad, por distintas circunstancias, que sería extenso enumerar.

En el dolor, desde la Cruz, el Cristo no olvidó su responsabilidad por quien le crió en la Vida terrenal. En su gran  compasión delegó el Cuido de María a uno de los suyos, un discípulo de confianza. Escuchamos y leemos en la Prensa cada Caso de: maltrato, olvido, descuido, de algunos hijos hacia sus Padres. Hay quienes olvidaron: el Cuido, Amor y Ayudas en el Aprendizaje, recibidos de sus Padres, mala memoria.

Madre 
“Madre en todos los idiomas
es rosal de pedrerías,
de quimeras y de aromas
y de azules melodías.

¡Madre! Luz, bien, paz, oro,
nido de amor y cariños…
¡Madre! Madrigal sonoro
en las voces de los niños.

¡Oh, madre! Madre querida,
la que nos canta la vida
en sus canciones de cuna…

Y la que en nuestro camino,
si es bueno o malo el destino,
siempre es madre, siempre es una.”

Antonio Nicolás Blanco

En cada expresión del Maestro desde la Cruz del Calvario hubo nuevas enseñanzas, aunque se hubieran establecido con anterioridad. Las enseñanzas se renuevan al venir con la Autoridad de quien las expresa.

Juan tendría la responsabilidad de ser proveedor de María, la tendría en su casa, esa fue la encomienda. Nosotros, acá, en el Momento presente, tenemos varias responsabilidades para con nuestros Padres, quienes tengan el privilegio de tenerlos vivos. Mis padres fallecieron hace un tiempo, todavía los echo de menos, Aunque en los momentos difíciles cuidé de ellos y asumí responsabilidades que ellos tenían, a veces creo que pude haber hecho más por ellos.

Me queda la satisfacción el haberlos respetado y haber seguido su ejemplo en muchas de las acciones del diario vivir. Fueron un ejemplo de honestidad y laboriosidad.

Prof. José Antonio Giovannetti Román   787 644 8818

@AntonioGiovan13   en Twitter

Tony1943able   en Youtube (Video Motivacional grabado en el Viejo San Juan)

Al Rescate de la Esperanza, que Anda Realenga… y hay que Atraparla

Nota al Calce: Mi madre, Victoria, estudió hasta tercer grado, mi Padre, Pedro María, hasta octavo grado

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