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Trump tuvo una semana activa

Entre las decisiones más recientes del presidente de EEUU, Donald Trump, está el firmar el Farm Bill, una reforma agraria que persigue incentivar el desarrollo agrícola. En Puerto Rico (PR), muchos no tomaron esto como buena noticia, porque esta ley prohíbe las peleas de gallos. Quienes ven esta actividad como una tradición que es parte del folklor de la Isla, se oponen a la Ley sin mirar los beneficios. Se comprende que los galleros queden resentidos, pero vale destacar que la prohibición ya existe para los 50 estados de la Nación y que el Farm Bill incluye aspectos que sirven para aumentar la actividad económica.

El cáñamo, una variedad de la planta cannabis, podrá ser cultivado para usar industrialmente en diferentes tipos de productos. Su concentración de tetrahidrocannabidol (THC) es baja, por lo que no se utiliza con fines recreativos, sino para textiles, papel, suplementos, entre otras funciones. Si se cierra una puerta, se abre otra; dejando a un lado la discusión sobre si se está o no de acuerdo con las peleas de gallos, hay una oportunidad para que PR aproveche la nueva ley y se desarrolle en el sector económico agrícola.

Aproximadamente, cada cinco años se revisa el Farm Bill con el objetivo de atender los problemas que enfrentan los agricultores y la economía agrícola. Un grupo de senadores republicanos intentaron sin éxito reducir los subsidios a los familiares lejanos de agricultores. Tampoco Trump logró hacer cambios significativos al Programa Asistencial de Nutrición Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés). Esto significa que no habrá recortes al Programa de Asistencia Nutricional (PAN).

Si bien es cierto que los republicanos más conservadores fiscales no lograron recortes en subsidios y asistencia federal, sí lograron viabilizar y actualizar el desarrollo agrícola. Trump cumplió su promesa de asistir a los veteranos y a las minorías que se dedican a la agricultura y dio paso a la industria del cáñamo que se proyecta con una aportación de $20 billones a la economía para el 2022. Dar prioridad a los veteranos es una de las constantes en las decisiones del presidente de EEUU, por esto los incluye en esta medida.

Otra reforma convertida en ley por el Presidente es el First Step Act o reforma carcelaria. Esta medida atiende el problema de los exconvictos para reinsertarse en la libre comunidad. Los prepara para el mundo laboral y posibilita que muchos presos culminen su condena en instituciones no carcelarias. Persigue rehabilitar y contrarrestar el estigma social que dificulta la adaptación de los que cumplen o cumplieron condenas. Esta es otra decisión que beneficia a las minorías.

A Trump lo demonizan tildándolo de racista y xenófobo, pero los hechos demuestran lo contrario. Atiende problemas concretos que enfrentan los ciudadanos de grupos históricamente desventajados. La reforma carcelaria atiende el objetivo de poner a los americanos a trabajar y de contrarrestar las trabas socioeconómicas que enfrentan quienes cumplen una condena.

En cuanto a la política exterior, Trump anunció la retirada de las tropas apostadas en Siria. Recibió muchas críticas por esta decisión, pero es consistente con su postura de campaña presidencial. La misión en Siria no era derrocar al régimen de Bashar al-Ásad, pues no se quería repetir la desestabilización que aconteció en Libia. EEUU cumplió con colaborar en combatir al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), pero la responsabilidad de proteger la integridad del estado sirio es del régimen de Ásad. No hay por qué arriesgar vidas americanas ni razón para gastar millones en fondos públicos.

Rusia tiene un acuerdo con Siria para tener una base naval en Tartus. Es una base en aguas tibias que los rusos necesitan para su entrenamiento y posicionamiento. A estas alturas, no es viable un cambio de régimen ni vale la pena arriesgarse a un conflicto armado con Rusia. En Siria hay muchos grupos de interés: turcos, kurdos, sirios pro régimen, sirios opositores, rusos, iraníes, organizaciones terroristas islámicas (como ISIS, al-Qaeda y Hezbolá). Israel también realiza ataques contra Hezbolá y contra objetivos de Irán en Siria. Es una zona de conflicto volátil. Un cambio de régimen no garantiza estabilidad ni evita que el vacío de poder lo llene otro régimen autoritario.

Irse de Siria es prudente y conveniente. Hay problemas de seguridad nacional más apremiantes en las fronteras de EEUU y en la región de América del Sur. El régimen de Nicolás Maduro negocia la creación de una base militar rusa en la isla La Orchila. Si se concreta el acuerdo, se consolidará el régimen castro-chavista y habrá un constante riesgo para la seguridad regional.

Irónicamente, PR no tiene bases navales, por recortes en el gasto militar, por protestas contra La Marina y porque se consideró que no había una amenaza que ameritara mantenerlas. En poco tiempo, hubo un desastre natural que requirió de la asistencia de la fuerza naval y surge la amenaza de Rusia en Venezuela. Es probable que haya que repensar el reabrir una base naval en la Isla.

Hay otro problema de seguridad nacional que queda pendiente. Trump demostró que tenía los votos en el Congreso para aprobar una medida parcial de presupuesto que incluyera fondos para el muro fronterizo. La líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja federal, Nancy Pelosi, retó al Presidente para que consiguiera los votos en la Cámara. Trump advirtió que los conseguiría fácilmente, pero necesitaba votos demócratas en el Senado federal. Sin embargo, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, siguió el libreto del Partido Demócrata: todos los congresistas demócratas votaron en contra de la medida, porque hay una agenda de no permitir que Trump consiga los fondos para el muro.

El Senado federal recesó hasta el 27 de diciembre, mientras continúan las negociaciones. Hasta que no se llegue a un acuerdo, hay un cierre parcial del gobierno federal. Para Trump y sus seguidores, este es un asunto medular sobre seguridad nacional. El Presidente recibe presión de los comunicadores conservadores más vocales para que mantenga su postura de no firmar un presupuesto parcial sin fondos para el muro.

Este es el tema símbolo de la campaña de Trump. Los demócratas prefieren negarle estos fondos antes que reconocerle una victoria significativa, aunque tengan que sacrificar la seguridad nacional.

Sin embargo, los seguidores de Trump no se dan por vencidos. Brian Kolfage, un veterano condecorado con el Corazón Púrpura y que sufrió tres amputaciones, creó una campaña de GoFundMe para recaudar fondos destinados a la construcción del muro fronterizo. En solo cinco días llevaba alrededor de 16 millones de dólares.

Si lo que desean los demócratas es hacer quedar mal a Trump, el tiro les puede salir por la culata. El Presidente cuenta con apoyo significativo de la población.

 

 

 

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