Me consta la manera en que los puertorriqueños en la Florida se han desbordado en ayudas para nuestro devastado terruño.

Durante varios días cubriendo acá en la Florida Central los eventos de recolección de alimentos, ropa y artículos de primera necesidad pude observar, palpar y dialogar con gente que genuinamente perdió horas de sueño, apenas comió y sacrificó tiempo familiar para estar en esta campaña.

No recuerdo haber visto tal despliegue humanitario y es que la patria se lleva por dentro donde quiera que uno viva.

Lo que preocupa es que la lentitud que legisladores de la Florida y líderes comunitarios aquí han denunciado de alguna manera desanime o apague la turbina comunitaria que se ha encendido en esta zona. Me habían dicho que los boricuas aquí estaban fragmentados, cada uno por su lado. Parecería que María se llevó con su viento esas brechas para unificar a puertorriqueños de diversas estratas socioeconómicas. Más aún, vi como hermanos latinoamericanos llegaban con donativos y recordaban cómo Puerto Rico extendió su mano de ayuda cuando sus países vivieron alguna calamidad.

Como las imágenes son más elocuentes, comparto algunas fotos que tomé en estos días y otras que me suministraron algunos colaboradores.