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Las cosas por su nombre

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José Caldero

¿ Recuerdan a José Caldero? Es el veterano oficial de ojos claros y hablar pausado y ajibarado que ejerce como superintendente de la Policía hace un par de años.

En la ficticia paz que había vivido el país durante los últimos años, con reducción significativa en la cantidad de asesinatos, y otros asuntos mucho más llamativos, como la quiebra del gobierno, copándonos la atención, casi nos habíamos olvidado de quién es el jefe de la Policía.

Habíamos puesto al crimen en el asiento de atrás de las prioridades porque no nos hemos vuelto acercar a la lúgubre cifra de los 1,150 asesinatos de aquel fatídico 2011. Tampoco había habido recientemente crímenes tan notorios como los del niño Lorenzo González Cacho, el banquero Maurice Spagnoletti o doña Georgina Ortiz, entre tantos otros que en años recientes nos sacudieron la conciencia. Sí fuimos estremecidos por los horribles crímenes de la familia Ortiz Uceda y de la fiscal Francelis Ortiz, entre otros, pero como fueron esclarecidos en par de días no volvieron a sonar y pasaron a ser el infierno privado de quienes quisieron a las víctimas.

Pero aquí viene una mala noticia: a pesar de la notable baja en asesinatos durante los últimos años, Puerto Rico sigue siendo un país muy violento. En el 2015, se registraron en la isla 584 asesinatos, para una tasa de 16 muertes violentas por cada 100,000 habitantes. Eso nos coloca como el noveno más violento entre los 20 países de América Latina y el Caribe en ese año. El más violento fue El Salvador con 103 asesinatos por cada 100,000 habitantes y el menos Chile con 3.

Es verdad que los asesinatos de 2015 fueron la mitad de los del horrendo 2011, el año más violento de nuestra historia (31 asesinatos por cada 100,000 habitantes) y que la baja, contrario a lo que argumentan algunos, no corresponde a la reducción de la población, pues los habitantes de la isla no son ahora la mitad de los que había en el 2011.

Pero, como puede verse en la tasa de asesinatos, no estamos todavía en posición de sentirnos orgullosos de lo pacíficos que somos, tomando en consideración, además, que, al parecer algún resorte infernal se soltó por allá por el bajo mundo y, hasta el momento, el 2016 está mostrando una tendencia hacia la alza otra vez.

Dos asesinatos horribles en los pasados días volvieron a recordarnos que el crimen es una herida abierta en el corazón de nuestro país: la niña de seis años Janselyz Barbosa y el niño de diez años Michael Romero. Las dos criaturas cayeron abatidas a tiros por pistoleros que, según toda la información que ha trascendido hasta ahora, iban tras sus padres, quienes andaban en malos pasos.

Tristemente, a pesar de la larga historia de este país con la violencia, no hemos aprendido nada y seguimos pidiéndole cuentas solo a la Policía cuando cada vez que nos acordamos del crimen. Por eso es que en estos días andaban muchos, incluyendo medios de comunicación, exclamando “!José Caldero, José Caldero!”.

Deberíamos haber aprendido ya que el crimen es un fenómeno que tiene múltiples causas, principalmente sociales y económicas, ninguna de las cuales tiene que ver con la Policía. En vez de estar gritando “!José Caldero, José Caldero!”, debíamos estar gritando “salud mental, escuelas, niñez temprana”. Si tenemos una sociedad fracturada por la educación deficiente, por malos de servicios de salud, incluyendo mentales, y el materialismo rampante, es muy difícil evitar que la gente quiera cometer crímenes. Y cuando alguien quiere delinquir, siempre encontrará cómo hacerlo, por más policías que haya en la calle.

El ejemplo más claro de lo poco que este país entiende al formidable enemigo que es el crimen lo vivimos hace poco la representante Luisa Gándara intentó que se aprobara una ley que creaba un sistema de atención a la niñez temprana.

Abundan los estudios que establecen que si los niños son atendidos de manera integral desde antes que lleguen a la escuela, pueden detectarse y corregirse muchos de los problemas que eventualmente desembocan en actividades criminales, como son las dificultades de aprendizaje, mentales o emocionales, o problemas de violencia en el seno de la familia.

Pero no es, tampoco, como que necesitemos un estudio que nos ilumine esos hechos. Basta con mirar el perfil del confinado puertorriqueño. Las cárceles están llenas de hombres que desertores escolares que tenían problemas de aprendizaje, mentales y emocionales que no fueron detectados, mucho menos corregidos, y que crecieron en ambientes de crimen y violencia. Un sistema de atención a la niñez temprana, como el que tienen los países más avanzados del mundo, disminuye notablemente la cantidad de personas dispuestas a arriesgar su vida, y las de todos nosotros, en actividades criminales.

El proyecto de la representante Gándara no fue siquiera considerado por una razón tan mezquina que da hasta trabajo decirla: para costearlo, la legisladora proponía un impuesto a los refrescos como los que existen en muchísimas jurisdicciones del mundo y de Estados Unidos, donde les declararon la guerra por el mucho daño que hacen esas bebidas, sobre todo a los niños. Cambiamos la seguridad por pagar cinco o diez centavos menos por lata de refresco.

Hay ahora un proyecto piloto en la Administración de Vivienda Pública de atención a la niñez temprana que ojalá sobreviva y crezca, porque allí están, a la hora en que leemos esto, desviando de la ruta del mal a sabe Dios cuántos niños.

El proyecto de Gándara es solo un ejemplo de muchas iniciativas sensatas, lógicas, inteligentes, que se sabe que funcionan, que no han sido consideradas por otras razones iguales de mezquinas: porque no dan los resultados rimbombantes e inmediatos que les encantan a la mayoría de los políticos y sus votantes. Por eso seguimos gritando “José Caldero, José Caldero”, o los que estuvieron antes en ese puesto o los que vengan después.

Por eso seguimos en esta guerra civil y siguen fermentándose ante nuestros ojos los delincuentes del mañana. Por eso no podemos soltar esta cruz.

(benjamin.torres@gfrmedia.com, Twitter.com/TorresGotay. Facebook.com/TorresGotay)

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