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Las cosas por su nombre

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La parálisis

Una tibia mañana hace poco, Lisa Donahue tomó posesión de suescritorio en  Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Dicen que es unamujer de sangre fría y que pisa duro. Viene con una misión para la cual ambosatributos le serán esenciales:   desenredar la tela de araña de interesesque ahoga a la AEE, y ponerla en condiciones de cumplir con su pantagruélicadeuda de $10,000 millones. 

 Queda gente con la demente esperanza de que Donahuelogrará tamaña tarea sin que haya sobresaltos. Piensan que podrá extraer a laAEE de las garras de la incompetencia sin que nadie sufra ni un rasguño. Haceaños, todos saben lo que hay que hacer en la AEE: reducir gastos y aumentaringresos. Lo que ha faltado es voluntad porque para hacerlo hay que pisarcallos y aquí nos queremos mucho como para hacer eso. 

Por eso, hubo que pagarle $9.7 millones a Donahue y a suequipo. Hubo que importar la voluntad.

El caso de la AEE es posiblemente el ejemplo másdramático de una devastadora enfermedad que aqueja al Estado, una especie deesclerosis lateral amiotrófica como la que se hizo notoria con el “ice bucketchallenge”. Todos ven lo que está mal. Todos  hablando de las soluciones.Hacen  conversatorios, mesas redondas. Pero nadie se atreve a dar elpaso. 

Quisiera Dios que fuera la AEE la única agencia en quese manifiesta esta vocación de parálisis.  

Todos, en fin, los componentes esenciales de nuestra vida ensociedad se derrumban ante nuestros ojos. Lo vemos pasar, nos escandalizamos yhorrorizamos, hablamos de las soluciones hasta que nos pesa la lengua. Peronadie se atreve a echar a andar las soluciones hasta que nos hurgan desdeafuera con una vara caliente.

Por años, la prensa ha reportado, y el ciudadanosufrido, los problemas de las cortes. Los intolerables atrasos, los fallosinsólitos, el dominio de los económicamente poderosos. Se hicieron estudios, sediscutió hasta la saciedad. Pero nadie se movió hasta que los  federalesarrestaron a un juez y empezaron a salir, como aguas fétidas de unaalcantarilla, múltiples reportes de jueces bajo diferentes pesquisas. 

Entonces, solo entonces, la jueza presidenta delSupremo, Liana Fiol Matta, recién estrenada en el puesto valga mencionar, salióde la parálisis y creó una unidad para agilizar la atención a las querellas yestá visitando las regiones judiciales tratando de entender la magnitud de losproblemas. 

Otros todavía no han sido obligados y Roma sigueardiendo.

El Departamento de Justicia, por ejemplo. Existe laimpresión en el país de que esa agencia es un inmenso hoyo negro que se tragala denuncia que por desgracia allí llegue. 

Hubo, por ejemplo, el rumor de una disimulada risa cuando sesupo esta semana que la agencia investiga posibles delitos en DoralBank.. 

Mire, se preguntaron muchos, ¿quién puede creer queJusticia va a poder encausar a delincuentes de alto nivel, si es que los hubiera, en Doral o en cualquier otro banco, si no ha podido siquiera llevar a lascortes a los infelices que se robaron la primaria del PNP en Guaynabo y ha sidocojeando que logró llevar a la corte a unos cuantos de los pobres diablos quese prestaron para la patraña?

Antes de pensar en Doral, nos preguntamos, ¿qué pasócon la pesquisa por el trato de caballero que se le dio a June Rivera tras sersorprendido guiando borracho? ¿Qué pasó con la pesquisa por los contratos deenergía renovable? ¿Qué pasó con la pesquisa por la compra de petróleo en laAEE? ¿Con la de la conspiración para cerrar querellas no investigados en elDepartamento de la Familia?

¿Por qué nadie piensa en el problema de fondo que hace que todas esas pesquisas se queden atascadas en una especie dedimensión desconocida, sin que nunca se sepa qué pasó? ¿Qué esperan, que tengaque venir alguien de afuera, como Lisa Donahue, a hacer lo que todos sabemosque hay que hacer, pero nadie se atreve?

Pasa igual con el Departamento de Educación. Cadaagosto, los mismos problemas. Ahora está de moda hablarlo. Pronto ya no loestará porque así es la cosa: se habla, por unos días y después, nada. Todo elmundo habla de “demoler al Departamento de Educación”, pero nadie lohace. 

Por ahí viene también una tremenda crisis en lareforma de salud. El costo es insostenible. Cada gobernante le ha tirado elproblema al próximo. El momento en que ya no se podrá seguir tirando elproblema al próximo será en el 2019, porque se acaban los fondos federales quesostienen  ese disparate. Están  quietos, con el dedo sobre la boca,mirándose de reojo y pidiendo, “shhh, silencio, ese problema todavía no tenemosque enfrentarlo”. 

Todo esto nos demuestra que tenemos una clasepolítica, la que está ahora, la que estuvo antes y la que aspira a estarmañana, que es manca y monga, incapaz de emprender  las grandes reformasnecesarias para sacar al país de la parálisis. Por eso, cuando son obligados, importan la voluntad, como hicieron  la AEE. 

El propósito, en el fondo, es muy fácil deadvertir. 

Nadie lo reconoció mejor que  un personaje de Twitterque se hace llamar “Angry Boricua”: “importaron la voluntad, para poderexportar la responsabilidad”. Touché.  

benjamin.torres@gfrmedia.com / Twitter.com/TorresGotay

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