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Un buen comienzo

Falta mucho por andar para conocer si podrá haber legislación en 2014 que ayude a normalizar la vida de cerca de 11 millones de personas que viven en Estados Unidos sin autorización oficial del gobierno.

Pero, los principios divulgados por el liderato republicano de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en torno a una posible reforma de las leyes de inmigración, abren el camino a la posibilidad de que pueda avanzar alguna medida.

El Senado aprobó en 2013 un abarcador proyecto que permitiría sacar de las sombras a los indocumentados.

El proceso ha dado tumbos en la Cámara baja, donde el liderato de la mayoría republicana ha descartado aprobar un proyecto único de reforma de las leyes de inmigración, aunque importantes sectores se expresan dispuestos a  legislar individualmente algunos de los temas que se incluyen en la medida del Senado.

Los principios anunciados por el liderato de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes, aunque no son suficientes, pueden abrir la puerta a un futuro proceso de negociación con el Senado.

Sus guías son las siguientes:

1.Seguridad en la Frontera: Como en otras ocasiones sostienen que esa debe ser la prioridad. 

2.Implantar un mejor sistema de seguimiento de entrada y salida de las personas que obtienen visados.

3.Plena implantación del sistema de corroboración de elegibilidad de trabajadores (conocido como ‘E Verify’).

4.Un programa de trabajadores migrantes.

5.Residencia y ciudadanía a los jóvenes indocumentados que fueron traídos por sus padres a Estados Unidos. (El llamado ‘Dream Act’, que ha estado centrado en jóvenes estudiantes y que ingresan a las Fuerzas Armadas).

6.Residencia, sin acceso especial a la ciudadanía estadounidense, a indocumentados que admitan entraron sin autorización a EEUU, pasen el examen policial sobre sus antecedentes, paguen “multas significativas” e impuestos adeudados, desarrollen dominio del inglés y de la historia estadounidense, y puedan mantenerse a sí mismos y a sus familias sin depender de beneficios públicos.

De todo esto, la tarea más dura con los republicanos puede ser las condiciones que se impongan para determinar cómo se cumple con el primer punto antes de normalizar la situación de los indocumentados.

“Nada de esto puede pasar hasta que las medidas de cumplimiento hayan sido implantadas, para cumplir nuestra promesa al pueblo estadounidense de que de ahora en adelante se harán cumplir las leyes de inmigración”, indica la declaración republicana.

Los principios tienen mucho del lenguaje que ha expresado antes el boricua Raúl Labrador (Idaho), quien es una de las principales voces del Grand Old Party (GOP) en este tema.

Reconociendo que aún son ideas y que dentro del GOP hay todavía mucha resistencia y temor a la oposición de los más conservadores en este asunto, el presidente Barack Obama ha reconocido que las guías “se acercan más que antes” a lo que la Casa Blanca y los demócratas del Congreso han promovido.

La clave, como la que existe entre alguien al que le gusta pintar y un artista, está en los detalles.

El boricua Luis Gutiérrez, líder del movimiento en el Congreso a favor de la reforma de inmigración, ve posibilidades de lograr un acuerdo.

“En solo un año hemos pasado de los republicanos hablar de “autodeportación” y vetar el ‘Dream Act’, a indicar que se necesitan soluciones bipartidistas. Y en unos pocos años hemos ido de algunos demócratas indicar que manejar el tema de inmigración es un asunto demasiado difícil a decir que necesitamos soluciones bipartidistas”, indicó Gutiérrez, demócrata elegido por un distrito de Chicago (Illinois).

Debido a que es posible armonizar diferencias con el Senado en un comité de conferencia, es importante que se apruebe legislación en la Cámara y que de alguna manera se puedan llevar hacia delante, juntas o por separado, las ideas dirigidas a otorgarle residencia y ciudadanía a los ‘soñadores’, los jóvenes indocumentados, y a sacar de las sombras a los demás.

Desde 2013 lo que más se ha considerado posible es un acuerdo sobre el ‘Dream Act’. Si ahora avanza esa medida y el resto queda para la próxima sesión legislativa, puede también el presidente Obama hacer valer su promesa de acción ante un Congreso tan dividido como pasivo y, por ejemplo, evitar también la deportación de los padres de los jóvenes indocumentados ya beneficiados por su orden ejecutiva de 2012.  

Lo dijo Obama el pasado martes. Es hora de actuar.

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