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Pensamientos de bien

Si bien es cierto que hay pensamientos destructivos, en la Palabra de Dios tenemos el alimento y fundamento para una nueva vida.

El panorama podría parecer desesperanzador. Pero Dios no es limitado por los números. Él hace que lo imposible para nosotros, o lo que parece imposible, se haga posible.

La semana pasada comencé a hablar de distintos tipos de pensamientos que invaden nuestra mente, y lo hacen para dañarnos de un modo u otro. Esta semana concluyo mencionando otros, y al final podrías verte tentado a decir que no hay esperanza, y que estamos acorralados ante tal bombardeo contínuo hacia nuestra mente. Pero sigue leyendo, pues la provisión que Dios hace es abundante y además Él ha prometido en su Palabra que estará siempre con nosotros.

A continuación otros tipos de pensamientos contra los cuales debemos estar alertas:

  1. De temor – Los pensamientos de temor causan incertidumbre, pero sobre todo, nos paralizan. Traen confusión y por ese mismo miedo, no actuamos. En esencia, el potencial que hay en la persona no llega a tener resultados porque por el temor, el individuo no actúa.

Pero Dios nuevamente interviene para socorrernos y siempre hace provisión. Como dice el apóstol Pablo en 2Timoteo 1:7, “Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza (poder), y de amor, y de templanza (dominio propio). La Biblia nos dice incontables veces “no temas”, y es porque el Señor quiere que confiemos en Él, pero sobre todo que entendamos que si nos dice que no temamos, es porque Él está con nosotros. Es necesario entonces que reconozcamos que Dios tiene el control, y que sobre todo nos sometamos a Él. O nos hacemos esclavos de Él para vivir verdaderamente libres, o seguimos presas del temor, como esclavos que no tienen escapatoria.

  1. De maldad – Cuando la persona llega a este nivel de maquinar pensamientos para hacer el mal a otros, hace tiempo llevaba callando la voz de su conciencia, hasta que definitivamente se apagó. Pero no vayamos lejos. Cuando hablamos de pensamientos de maldad, no solo nos referimos a esa persona que en su corazón lo que hace es planificar el mal. También nos referimos al que, creyendo que hace bien, obra mal contra su prójimo. La Biblia dice que el corazón del hombre es engañoso. (Hebreos 4:12). Y también dice que “Nadie es bueno, sino solo uno, Dios”. (Marcos 10:18) Por eso, estamos llamados a escudriñar nuestros propios pensamientos, reconocer las que son malas intenciones, y arrepentirnos. A Dios no podemos engañarlo.

Es claro que primero vienen los pensamientos, pero si profundizamos en ellos, entonces nos llevan a cometer maldad. Y de esa realidad no se salva ni el más santo. Ezequiel 38:10  lo deja claro: “Sucederá en aquel día que pensamientos vendrán a tu mente y concebirás un plan malvado”.

  1. De crítica – Este pensamiento puede estar motivado por la envidia, pero por otro lado puede ser por amargura. En otras ocasiones el motor que mueve este tipo de pensamiento es la arrogancia y el orgullo. La persona puede llegar a creerse tan grande y tan perfecta, que siempre ve en todos los demás algo que está mal.Santiago 2:4  “¿No habéis hecho distinciones entre vosotros mismos, y habéis venido a ser jueces con malos pensamientos?”
  2. De contienda – Como lo dice el término, este tipo de pensamiento lo que provocará son contiendas, disputas y desacuerdos. Como establecí al principio, según pienses, es que actuarás. Te aseguro que si alimentas los pensamientos negativos en contra de una persona y sigues echándole leña al fuego del coraje y del rencor que puedas sentir contra alguien, que cuando veas a esa persona serás tentado a entrar en contienda con ella. Y dependiendo de cuán lejos hayas ido en tus pensamientos, querrás hasta actuar con violencia.

Jeremías 17:10 declara “Yo Señor, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus obras”.

Esas obras, y por consiguiente, sus frutos, dependerán de cómo haya sido tu manera de pensar.

  1. Del pasado – Como mencionó una lectora de este espacio, los pensamientos del pasado suelen ser otros que nos atacan. Y lo hacen con frecuencia. Muchas veces están asociados a la culpa, que mencioné la semana pasada. Culpa por lo que ocurrió hace unos años, meses semanas. Lo peor es que aferrarnos al pasado no cambiará lo que ocurrió, y a la vez evitará que tu presente y futuro sean mejores. En otras palabras, podrías estar condenándote tú mismo a repetir tu pasado.

O incluso, por estar concentrado en tus errores, en tus fracasos, o en el daño que te hayan hecho antes, podrías perderte de grandes bendiciones que tienes por delante, y de puertas que se te están abriendo.

2Corintios 5:17 tiene una promesa insuperable para nosotros: “Ahora que estamos unidos a Cristo, SOMOS una nueva creación. Dios ya no tiene en cuenta nuestra antigua manera de vivir, sino que nos ha hecho comenzar una vida nueva. Y todo esto viene de Dios. Antes éramos sus enemigos, pero ahora, por medio de Cristo, hemos llegado a ser sus amigos, y nos ha encargado que anunciemos a todo el mundo esta buena noticia: Por medio de Cristo, Dios perdona los pecados y hace las paces con todos. Cristo nos envió para que hablemos de parte suya, y Dios mismo les ruega a ustedes que escuchen nuestro mensaje. Por eso, de parte de Cristo les pedimos: hagan las paces con Dios. Cristo nunca pecó. Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio de Cristo”.

  1. Creativos – Como dije al principio, no todos los pensamientos son negativos. También vienen pensamientos que edifican o son para construir, no para causar destrucción. Por ejemplo, en ese renglón caen las ideas creativas. Dios nos hizo seres creativos. En ese tipo de pensamiento, contrario a los anteriores, podemos meditar y profundizar, siempre y cuando eso que queremos crear no sea para robarle la gloria a Dios, ni para crear obras contrarias a su voluntad.

Si Dios te dio el talento para determinada área, esa creatividad florecerá en algo concreto que dejará de ser un pensamiento para convertirse en algo que puedes ver y hasta tocar. Y así como dice la Palabra, que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía, el pensamiento creativo puede y debe ser utilizado para edificar.

Santiago 1:17 dice que “Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación”.

  1. De  Dios y su Palabra – Salmos 139:17 declara ‘¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos!” Y es que si hay un tipo de pensamiento en el que podemos y debemos ‘perdernos’ hasta por horas, es en la Palabra de Dios. Su Palabra trae vida y tiene poder para crear y transformar.

Cuando meditamos en su Palabra, nuestro ánimo es renovado, y nuestras fuerzas son restauradas. Nuestro lamento se convierte en esperanza y donde no habían expectativas, ahora hay fe.

Meditar en la Palabra de Dios llena el vacío que puede haber en nuestra mente, pero lo que es más importante, expulsará todo lo negativo y no dejará espacio para vanidades. En lugar de destrucción puedes ver que algo nuevo es edificado.

Y claro está, no todo queda en meditación. Escudriñar la Palabra debe llevarnos a meditar, y al meditar, debemos poner en acción lo que aprendemos. Estudiar la Biblia nunca debe ser con el mero objetivo de adquirir conocimiento. En ese aspecto hay una gran diferencia con leer cualquier otro libro. Por eso, de nada vale que alguien diga, ‘he leído la Biblia completa’, sino en realidad no la está viviendo, y ni siquiera meditando en ella.

Pero sin duda, pensar y meditar en la Palabra es vivificar nuestro espíritu en lugar de destruirlo con pensamientos de maldad, de duda, de temor, del pasado, entre otros. La Palabra declara enRomanos 10:17 que “la fe viene por oír, es decir, por oír la Buena Noticia acerca de Cristo”.

Dicho de otro modo, leer y meditar en lo que Dios dice en su Palabra, es lo que no añadirá fe cuando parece que desfallecemos o que ni siquiera nos queda esperanza. Esto no se trata de nosotros. Dios mismo es quien nos concede la fe, pero tenemos que ser receptivos a su Palabra. El mejor antídoto contra cada pensamiento negativo de los que hablé la pasada semana y esta, es sustituirlospor lo que Dios dice.

Si Jesús nos dio el mejor ejemplo cuando fue tentado en el desierto por Satanás, y tuvo éxito, por qué no habremos de imitarlo. Con cada pensamiento y palabra negativa con la que el diablo trató de contaminarlo, Jesús respondió precisamente con la Palabra de Dios, hasta que el enemigo huyó.

Isaías 55:8-11 dice: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, declara el Señor. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como descienden de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelven allá sino que riegan la tierra, haciéndola producir y germinar, dando semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié”.

Entonces ¿por qué no acudir o escudriñar en la Palabra del Señor, en sus pensamientos y su voluntad, en lugar de sumergirnos en pensamientos que nos destruyen? Recordemos que no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.

Concluyo con una promesa del Señor:

“El que me obedece y hace lo que yo mando, demuestra que me ama de verdad. Al que me ame así, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y le mostraré cómo soy en realidad. Si alguien me ama, también me obedece. Dios mi Padre lo amará, y vendremos a vivir con él”. (Juan 14:21, 23)

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