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Abriendo puertas

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Bendecido

Hay cosas que se aprenden con los años. Uno aprende a captar muchas expresiones no verbales de los demás. acá en Yauco y en Ponce interactúo con muchas personas a diario, entablo conversación con facilidad. Son muchas las historias contadas que escucho, los saludos nunca faltan. Me enorgullece ver y escuchar tanta gente buena que hay, los cuales a veces se pierden en el corre corre de algunos, la falta de cortesía de otros, el desprecio a la seguridad en las vías publicas para quienes tienen dificultad de movilidad.

“Es más la gente buena
Hay gestos pequeños que dejan entrever un corazón grande. A veces no nos detenemos a pensar en tanta gente que hace cosas buenas por nosotros”. Vanguardia.com

Si uno le cede el Paso de algún carro, ya hay uno tocando bocina atrás, muchos son los que transitan por los Estacionamientos de los Centros Comerciales a las millas, sin importarle un comino que algún inquieto niño cruce corriendo o un anciano intente cruzar con lentitud una calle o carretera.

Dentro del maremoto de lo negativo, como dije, uno encuentra gente amable, cortés y amigable. Tengo muchos amigos desconocidos, de esos que tal vez uno se encuentre una sola vez en la cafetería o en la farmacia, siempre hay algunos que vuelven y le recuerdan a uno el encuentro anterior.

Amigable: “Que se comporta dando muestras de amabilidad y cortesía”.

Ayer martes me encontré con una ex estudiante que vino de visita desde Estados Unidos, donde reside y trabaja, el abrazo y beso fraternal, me causó gran satisfacción y orgullo, ejemplo  de quienes tienen memoria, algunos olvidan a quienes en un momento dado le impartieron conocimiento y le ayudaron a desarrollar destrezas,  tienen memoria cortita. Siempre recuerdo con cariño a quienes me ayudaron en el camino, tuve maestros con los cuales mantuve comunicación por mucho tiempo, su ausencia es notoria, es ley de Vida, unos se van primero.

No es posible que uno recuerde por el rostro a todos los estudiantes, ellos cambian de apariencia, pero cuando se identifican,los gratos recuerdos regresan a uno, esos saludos y palabras positivas me energizan. A veces, son los padres de los ex estudiantes quienes me saludan y expresan gratitud por lo que pudimos aportar ayer en el desarrollo de destrezas y la adquisición de conocimientos… por eso sigo enseñando en la fila del Correo, en las filas del Recetario de la Farmacia y en la Oficinas Médicas, quien ha sido bendecido tiene que bendecir.

“Bendecido y bendito son los participios del verbo bendecir”.

Agradezco quienes han aceptado mi ofrecimiento de los libritos CONSEJOS DEL ABUELO Y EL SILENCIO DEL CEREBRO, la aceptación ha sido fantástica, gracias.

Prof. José Antonio Giovannetti Román

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